El coreógrafo español Nacho Duato planea 'modernizar' el ballet ruso

La mayor parte del primer día de los directores artísticos al frente de una nueva compañía de ballet se trata de conocer a los bailarines. Pero para Nacho Duato es un reto solamente encontrar la sala de ensayos.

Los pasillos laberínticos del magnífico Teatro Mikhailovsky en San Petersburgo resultan confusos e inspiran algunos giros que no están en la coreografia antes de que Duato por fin identifique la sala correcta y su nueva compañía: los 140 bailarines del ballet Mikhailovsky.

Es poco probable que el plano del piso del teatro sea el último reto para este coreógrafo español que, este mes, tomó el liderazgo de la compañía.

Él es el primer extranjero en dirigir una compañía de ballet rusa en más de un siglo, y ha sido encargado de introducir coreografías modernas al clásico repertorio del Mikhailovsky .

“Mirando al pasado, pero siempre caminando hacia delante y dando un paso en el futuro... eso es lo que creo que ellos quieren y es la razón por la que me han llamado”, dijo Duato. “Creo que tienen muy claro lo que quieren cambiar; quieren algo nuevo”.

Al ser un bailarín y coreógrafo moderno con un reconocimiento internacional, se espera que pueda revitalizar el ballet para las audiencias rusas. Aunque que las presentaciones en el Mikhailovsky cuentan con buena asistencia, existe una preocupación creciente de que los rusos se cansen de ver el repertorio estandarizado de los ballets clásicos.

“Los rusos aman el ballet. Eso no hace falta decirlo, pero la actitud que existe hacia el ballet ruso en el occidente es más apasionada”, dijo Vladimir Kekhman, multimillonario importador de frutas y director general del teatro Mikhailovsky.

“Me gustaría que en Rusia tuviéramos la misma actitud por que, como se dice: 'Nunca sabes lo que tienes hasta que los ves perdido'. Yo considero al ballet como un tesoro nacional”, agregó.

Kekhman es un relativamente reciente converso al ballet, pero ha desarrollado un poco de cultura empresarial invirtiendo 45 millones de dólares de su propio dinero para restaurar el edificio del Mikhailovsky y, con suerte, su reputación.

Kekhman requería talento fresco para sobrepasar su visión y para ello, dice, tuvo que mirar más allá de Rusia.

“Miré nuestra industria para ver a los que son considerados leyendas vivientes de la coreografía, y cuando miré dentro de Rusia, me di cuanta que no teníamos coreógrafos que tuvieran la habilidad, no sólo de crear coreografías, sino de dirigir la compañía”, dijo.

Se acercó a Duato, un no hablante de ruso, quien ha pasado 20 años haciendo coreografías para nuevos proyectos como director artístico de la Compañía Nacional de Danza Española.

Al principio, Duato estaba renuente a cambiar de dirección hacia el ballet clásico. Pero entonces Mikhailovsky le ofreció la posibilidad de traer las coreografías modernas a una compañía de ballet clásica, y eso demostró ser muy tentador para dejarlo pasar.

“Conozco mucha gente que piensa que (Kekhman) está loco, que yo estoy loco y que esto nunca va a funcionar”, dijo Duato. “Que esta mezcla será como una bomba, una bomba atómica. Pero el me hizo sentir: 'Vamos a intentarlo, vamos a hacerlo. ¿Por qué no? Tal vez podemos hacerlo'”.

Introducir un acercamiento moderno al ballet en Rusia, donde está arraigado a la cultura, podía intimidar a algunos, pero es una tarea que Duato está saboreando.

“No es una presión. Es un placer. Realmente es un placer estar en un lugar en el que el ballet ha sido una parte de la tradición cultural por largo tiempo, y al mismo tiempo ellos quieren abrirse paso y hacer nuevas cosas ”, dijo Duato.

Duato se ha impuesto a sí mismo una desafiante agenda, elegir a tres bailarines para crear un ballet tan nuevo que carece aún de nombre. Tienen solamente semanas antes del estreno mundial.

La bailarina principal Ekaterina Borchenko es la joya de la corona imperial del Mikhailovsky. La bailarina estrella de la compañía ha interpretado los papeles principales en las producciones de ballets clásicos incluyendo El Lago de los Cisnes, Giselle y La sílfide.

Ahora, ella está saboreando la posibilidad de extender sus habilidades. “En este repertorio, puedo mostrar un lado distinto de mí misma, expresarme de manera distinta y encontrar algo nuevo en mí”, dijo.

La noche del debut será una prueba de cuán receptivos están los rusos en esta nueva dirección.

Duato cree que el ballet es un organismo viviente, que necesita evolucionar constantemente con el fin de mantener a la audiencia interesada. Es una filosofía que comparte con Kekhman.

“Juntos vamos a trabajar en algo”, dijo Duato. “No sabemos cómo va a ser pero será hermoso. Si ponemos todos nuestros corazones y nuestras almas en ello, será algo fantástico”.