Se necesitan 'primeros auxilios' para pinturas rupestres de Somalia
Pinturas prehistóricas de antílopes, serpientes y jirafas que han sobrevivido durante alrededor de 5,000 años están ahora bajo amenaza de ser presa de la falta de protección.
Las pinturas rupestres, que incluyen representaciones de perros y ovejas, así como figuras humanas, fueron descubiertas en Dhambalin, en un singular refugio de arenisca cerca del Mar Rojo en Somalilandia, un estado separatista del país azotado por la guerra, Somalia.
Fueron encontrados por la Dra. Sada Mire en 2007, en lo que ella describe como el primer estudio iniciado y dirigido por una arqueóloga somalí en la región. Desde entonces, Mire ha descubierto 100 sitios de arte rupestre alrededor de Somalilandia, pero esos lugares necesitan urgentemente ser preservados.
Mire dijo que esos sitios no sólo son vitales para entender la prehistoria en el Cuerno de África, pero que también son importantes para reforzar el orgullo cultural de la gente de Somalilandia.
“Eso da un sentido de dignidad y de que ellos no están totalmente desesperados, tienen algo que el mundo piensa que es muy valioso”, dijo.
Pero Somalilandia necesita ayuda e infraestructura para salvaguardar esta herencia ancestral.
Aunque declaró su independencia de Somalia en 1991, Somalilandia no es reconocida internacionalmente como un Estado aparte. Esto significa que estos sitios no pueden recibir la denominación de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
De acuerdo con Francesco Bandarin, el director general asistente de Cultura, Somalia es uno de los pocos Estados miembros que no ha ratificado la Convención de Patrimonio de la Humanidad de 1972, lo que significa que los sitios hallados no pueden calificar para la denominación de Patrimonio de la Humanidad .
Por ello,los trabajadores que buscan conservar el patrimonio en Somalilandia enfrentan un dilema, dijo la Dra. Dacia. Viejo-Rose, una investigadora del proyecto de Patrimonio Cultural y Reconstrucción de Identidades después del Conflicto en el Instituto McDonald para la Investigación Arqueológica, parte de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido.
“Pueden elegir proteger su patrimonio como somalí, y pedir al gobierno y al ministerio de cultura en Somalia presentar (su caso) ante la UNESCO”, dijo.
O pueden “atenerse al hecho de que no es patrimonio de Somalia, sino de Somalilandia”, en cuyo caso no podrán seguir esa vía.
“La cuestión es: ¿Cuál es la prioridad? ¿Proteger un arte distintivo de Somalilandia o proteger el patrimonio sin importar qué o quién lo está reclamando?”, continuó.
Otro problema enfrentado por Mire es la falta de museos para almacenar objetos. Mire escribe en su sitio web Patrimonio y Arqueología Somalí, que los museos en Mogadiscio, la capital de Somalia, y la segunda mayor ciudad, Hargeisa, han sufrido saqueos durante la guerra civil en curso. Somalilandia aún carece de un museo.
“Por el momento no realizamos ninguna excavación porque no tenemos la capacidad para almacenar los objetos”, dijo Mire. Ella cree que existen muchos sitios en Somalilandia que esperan ser descubiertos.
La mejor manera de proteger (los objetos) es llevarlos directamente al laboratorio (en un museo) y darles primeros auxilios”, continuó.
Educar a los somalíes acerca del patrimonio es otra tarea importante para Mire, que dirige el Departamento de Antigüedades de Somalilandia, una rama del Ministerio de Cultura y Turismo, que ella ayudó a establecer.
Aunque el sudor humano es suficiente para dañar las delicadas pinturas rupestres, los sitios de entierro cercanos son frecuentemente saqueados para buscar artefactos que luego son vendidos a comerciantes ilegales de antigüedades. El saqueo tiende a ser realizado por los locales, quienes no son conscientes del significado arqueológico de estos sitios”, dijo Mire.
“Tenemos una base completa de gente muy, muy pobre de gente que excava estos sitios y recibe cacahuates a cambio”.
Pese a estos problemas, se ha realizado algún progreso. Mire está realizando un inventario de los sitios en Somalilandia y redacta leyes sobre antigüedades para su protección.
“Lo que hacemos es manejar por semanas y desaparecer en el desierto”, dice.
“Usualmente llevamos álbumes y mostramos a los habitantes locales imágenes de los sitios que estamos buscando”, agregó.
Mire ha elegido somalíes locales para ser guardianes de los sitios y espera que puedan ser benéficos para el turismo en el futuro.
Ante sus ojos, es importante para la gente sentir que el patrimonio les pertenece a ellos.