Alejandro Ramírez, el empresario defensor de 'Presunto culpable'
Alejandro Ramírez Magaña, el hombre que en 2010 apostó por la distribución del documental Presunto culpable a través de su cadena Cinépolis, y ahora defiende su exhibición ante una orden judicial de suspenderla , se ha caracterizado en su carrera profesional por ser un agente de cambio.
A los 26 años parecía tener un destino de corte académico tras hacer una licenciatura en Economía en la Universidad de Harvard, una maestría en Oxford y estudios para el Banco Mundial acerca de cómo llevar recursos a países pobres.
Pero cuando estaba a punto de firmar un contrato con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano en Nueva York, su abuelo Enrique Ramírez Miguel le pidió volver a México para ayudarle a sacar a flote a la empresa familiar ante el embate de la competencia, con un mensaje que decía “Alex, te necesitamos. Un abrazo. Tu abuelito”.
“Era 1996 cuando recibí un sobre de mi abuelito con muchos recortes de revistas, miles de estados financieros que hablaban de que la compañía familiar, Cinépolis, pasaba por una crisis debido a la fuerte competencia que había. Obviamente no lo dudé y volví”, declaró a la revista Quién en una entrevista publicada en octubre de 2004.
Y cumplió con la misión. Tras diagnosticar la situación de la industria cinematográfica mexicana renovó el concepto de la firma, replanteó su modelo de negocio, introdujo nuevas tecnologías y, sobre todo, hizo cambios profundos al interior de la organización fundada en 1971, cuando él tenía un año de edad.
Lanzó un plan de capacitación para inculcar a los empleados la cultura del servicio, abolió prácticas enraizadas que disgustaban al cliente como las interrupciones de las películas o “intermedios”, e implementó un esquema de remuneración por objetivos para motivar a su personal.
“Estuve de 1996 a 2000 como director general de operaciones. Desarrollé y pulí el concepto (…) Llegué a revolucionar la forma de hacer las cosas”, dijo en aquella entrevista a Quién.
Pero su trabajo no se restringe a su empresa. Sus inquietudes también lo han llevado a ser representante de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, y a estudiar un doctorado asesorado por el Premio Nobel de Economía 1998 Amartya Sen.
Alejandro Ramírez nació hace 40 años en Morelia, Michoacán, y es el segundo de los cuatro hijos de Enrique Ramírez Villalón y Rosalía Magaña.
“Mis papás supieron despertar en nosotros desde chiquitos la curiosidad intelectual, las ganas de aprender y superarnos. Nos inculcaron la cultura del esfuerzo y que teníamos que luchar para ganarnos un lugar”, declaró en 2004.
Hoy, ya como presidente y director general de Cinépolis, ocupa el lugar 61 entre Los 100 Empresarios Más Importantes de México , la lista anual que publica la revista de negocios Expansión.
Al 31 de enero de 2011, los 16 mil 800 colaboradores de Cinépolis operaban 2,466 salas en 265 conjuntos cinematográficas, lo que equivale a unas 464 mil butacas en 72 ciudades de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Brasil y la India.
Esta cadena, la primera en incorporar el concepto de salas VIP, también tiene estrategias para edificar salas enfocadas a sectores de la población con menores ingresos en el sureste de Mexico e invitar al cine de forma gratuita a miles de niños de escasos recursos para que vivan la misma experiencia que él recuerda de cuando era pequeño.
“Mi película predilecta es Cinema Paradiso. Me identifico mucho con ella porque yo crecí al lado de un cine, uno de los primeros que levantaron mi abuelo y mi papá en Morelia”, declaró en 2006 a la revista Expansión.
“Yo iba casi todos los días y mi abuelo me regalaba pedazos de películas de Disney y de Cantinflas -no eran precisamente la parte de los besos, como en Cinema-, y me los llevaba al colegio, donde era la envidia de todos”, dijo.
También creó una fundación que tiene programas de salud visual, educación en el arte del cine y acción comunitaria.
“(Me hace feliz) estar con mi familia, con mis sobrinos; pero también de alguna forma las cosas que podemos hacer a través de Cinépolis en materia de responsabilidad social”, dijo a Expansión.
Alejandro Ramírez ama el cine. Por eso se ha comprometido también con causas como la de exhibir películas de calidad, aunque no sean comerciales, en foros abiertos a jóvenes talentos, como el Festival Internacional de Cine de Morelia.
Ahora se comprometió con Presunto culpable, la primera cinta que su empresa distribuye con dos premisas fundamentales: intentar cambiar los vicios del sistema de justicia mexicano , y donar las utilidades a Renace, una organización no gubernamental que ayuda a personas sin recursos para pagar un abogado.
La mañana de este viernes, Ramírez escribió en su cuenta de Twitter : “Ayer #PresuntoCulpable se convirtió en la película documental más vista en la historia de México, con 557,397 asistentes. Gracias x su apoyo”.
Y en el sitio de Cinépolis colocó el siguiente aviso: “La película se mantendrá en exhibición hasta en tanto recibamos una orden judicial o administrativa que requiera la suspensión de su exhibición. En su caso, dicha orden será analizada y consideraremos las alternativas disponibles”.
Alejandro Ramírez, quien ha declarado que sospecha que existe una campaña en contra de la difusión de esta película , parece querer seguir siendo un agente de cambio.