Reflexiones de la primera estrella de Sports Illustrated en traje de baño
El número anual de traje de baño de la revista Sports Illustrated no sería lo mismo sin la historia de Babette Beatty.
Su foto en las playas mexicanas de Cozumel fue la portada del primer número de la revista dedicado al bikini, el 20 de enero de 1964.
Más de 37 años después, ella ríe cuando le preguntamos si ya vio la portada del número de trajes de baño de Sports Illustrated de este año.
“Deben entender… donde yo vivo, no nos llegan esas cosas”.
Nacida en Alemania y criada en Brasil y Canadá, Beatty ahora vive en la aldea rural de Halfway, Oregon, cerca de Snake River.
Pensarían que ver la próxima portada icónica sería interesante para Beatty. Pero incluso en 1964, cuando le tocó ser la estrella del espectáculo, no fue la gran cosa para ella.
“Era sólo otro trabajo”, dice. “Nunca esperé ser grande. No me pasó por la cabeza, no fue la gran cosa para mí. Yo sólo estaba trabajando, intentando sobrevivir en Nueva York”.
Sin embargo, ella hacía más que sólo sobrevivir. Había aparecido en las colecciones de París y en la portada de Elle y de otras revistas de moda . Era una de las modelos mejor pagadas del mundo.
Beatty, cuyo apellido en aquel entonces era March, asegura que vio la toma en traje de baño como unas vacaciones de 10 días en México con todos los gastos pagados.
El sueldo no fue memorable. Cree que fue de unos 100 dólares al día. Si aceptó, fue por el viaje, que recuerda como una locura.
Beatty y otra modelo alemana se hospedaron con el equipo de la revista en Cozumel, que a principios de los años 1960 estaba poco desarrollado. Era el hogar de algunos pescadores, pero en 1961, el famoso explorador del océano, Jacques Cousteau, lo declaró uno de los mejores sitios de buceo del mundo, y gradualmente se convirtió en un destino más turístico.
Recuerda haberse quedado en lo que era un hotel de menos de cinco estrellas. Las tomas eran en la mañana y por la noche salía de fiesta con los miembros de la Fuerza Aérea Mexicana.
Describe a los editores y al fotógrafo Fred Smith, con quien ya había trabajado antes, como “geniales”. Nunca le importó en verdad si había logrado llegar a la portada.
Comparada con el lente de 2011, la portada de aquel año luce inocente. Beatty está parada sobre el agua cristalina en un bikini blanco, y emerge después de una zambullida en el oleaje. Asegura que en ese entonces lucía entera y bella, y no tenía idea de lo que esto haría para la revista.
La edición de ese año ni siquiera se llamaba número de trajes de baño; sólo era una serie de cinco de 17 páginas que mostraban destinos hoteleros populares para bucear en invierno, sobre todo con historias de viajes. Es más, el nombre de Beatty ni siquiera apareció en la portada.
Con el paso de los años, la portada de traje de baño de SI se ha vuelto uno de los momentos más importantes del año para la revista, que es propiedad de la compañía matriz de CNN, Time Warner. Este número vende más de un millón de copias, y según el Wall Street Journal, 10% de los ingresos de la revista proviene de ese número.
Este número mejora el negocio de las compañías que fabrican los trajes de baño y la joyería que aparece en la revista. Además, las modelos de hoy en día dan un salto enorme en sus carreras. No era así en 1964.
Sports Illustrated nunca dijo a Beatty que había aparecido en la portada.
“Me enteré por mi agente”, dijo.
De hecho, ella ni siquiera tuvo su propia copia de la famosa revista hasta hace algunos años, cuando un hombre le envió algunas copias para que las autografiara. Ella lo llamó y le dijo que las firmaría si la dejaba quedarse con una copia.
Aún recibe muchos correos desde todo el país, todos hombres, dice, pidiéndole su autógrafo. El continuo interés la intriga.
Beatty, que pronto cumplirá 70 años, ahora es una artista. Después de haberse retirado en 1976, intentó varias cosas, como ser chef. En 1992, ella y su esposo hicieron un viaje al oeste de Estados Unidos, se enamoraron de Halfway, una comunidad con 350 habitantes y se mudaron a una iglesia abandonada.
Su afición por la pintura la llevo a inaugurar una galería de arte, y escala todos los días, incluso cuando hay nieve.
Al igual que la mujer en la portada del 20 de enero de 1964 de Sports Illustrated, ella es la imagen que hizo despegar a una institución.