La boda real, entre las tumbas de reyes, reinas, Dickens y Darwin
Cuando el príncipe Guillermo se case con Kate Middleton en la abadía de Westminster en abril de este año, serán los últimos participantes reales en una tradición de sangre azul que data desde hace mil años.
Los monarcas británicos han sido coronados en la abadía de Westminster desde 1066, y muchos han intercambiado sus votos matrimoniales ahí también.
Cuando Kate Middleton camine hacia el altar bajo los elevados arcos góticos de la abadía y las notas de un impresionante órgano y coro suenen, pasará junto a esculturas invaluables, pinturas medievales y tumbas de pasados reyes y reinas.
Ella probablemente se sentirá nerviosa. Incluso, en un día normal, la abadía es un sitio imponente. La luz se filtra a través de enormes ventanas con vitrales, las velas tiemblan en sus corredores fríos y llenos de eco. Sepulcros dorados, altares brillantes y el olor del incienso, todo eso, junto a la importancia de la abadía como un lugar de larga tradición de culto, impresiona.
Su suelo santificado es también el sitio de descanso final de los pensadores más importantes de la nación, artistas y hombres de estado, incluyendo a los científicos Isaac Newton y Charles Darwin, escritores y poetas como Charles Dickens y Geoffrey Chaucer, y el compositor George Frederic Handel.
La impresionante iglesia gótica que sigue en pie hoy en día, considerada una de las mejores de Gran Bretaña, fue en su mayor parte construida por el Rey Enrique III en el siglo 13.
Sus contrafuertes volados, sus ventanas con vitrales y su bóveda de 31 metros, la más alta en Inglaterra, costó 50,000 libras (80,000 dólares) para ser construida. Era una pasmosa cifra en ese tiempo, tanto que la construcción de la abadía llevó a la bancarrota a Enrique, dice el Dr. Tony Trowles, Jefe de Colecciones de la abadía y autor de Tresaures of Westminster Abbey (Tesoros de la abadía de Westminster).
El príncipe Guillermo y su futura esposa intercambiarán sus votos de pie en el pavimento Cosmati del siglo 13, el mosaico atesorado frente al dorado Altar Mayor. La reina y su esposo, el duque de Edimburgo, probablemente observarán desde los asientos tallados de madera especiales que usan cuando están en la abadía.
Pese a grandeza de esta iglesia, está diseñada para sentirse más pequeña y más íntima en ciertos lugares – un factor decisivo en la decisión de la pareja.
“La pareja se sintió inclinada a elegir este lugar debido a su asombrosa belleza, su milenio de historia real - y pese a su tamaño general – su relativa intimidad”, dijo el secretario privado del Príncipe Guillermo, Jamie Lowther Pinkerton en una declaración.
“Y me refiero a que, el Altar Mayor tiene la misteriosa sensación de un espacio íntimo”, agregó.
No existe otra iglesia en Gran Bretaña que se compare en términos de historia y en el papel que ha jugado en la historia real y en la vida de la nación, de acuerdo con Trowles.
Además de una “Peculiaridad Real”, que, explicó, es una iglesia que está bajo la sola autoridad del monarca.
Entre los muchos tesoros a encontrarse en la abadía, Trowles cree que el mas significativo es la Silla de Coronación tallada en roble, en la cual todos los monarcas han sido coronados desde el siglo 14.
La abadía también cuenta con delicadas pinturas medievales, incluyendo un mural del siglo 13 de Cristo con San Cristóbal y Santo Tomás que yació escondida entre dos monumentos hasta 1934 cuando fue desenpolvada durante una limpieza.
Más de un millón de personas visita la abadía cada año, y muchos más querrán aproximarse a los arcos para ver la boda real el 29 de abril.
Para Kate, sin embargo, la abadía podría tener un significado mayor: la próxima vez que ella camine hacia el altar podrá ser el día que Guillermo sea coronado rey.