La abadía de Westminster ofrecerá recorridos relacionados con la boda real
La abadía de Westminster, donde se casarán el príncipe Guillermo y su prometida Kate Middleton el próximo viernes, abrirá sus puertas 24 horas después del enlace para que los turistas en Londres puedan disfrutar del recorrido especial relacionado con la boda.
Las flores permanecerán en la pequeña abadía durante una semana y los turistas podrán ver a detalle el lugar, informó el deán, John Hall.
El lugar se ubica frente al Parlamento inglés y es uno de los sitios más visitados por los turistas en Londres; 48 horas antes del enlace cerrará sus puertas para que los organizadores de la boda instalen las cámaras de televisión y establezcan una zona de seguridad.
El reverendo Martin Hume pidió este martes a los turistas que se encontraban ahí que lo acompañaran un momento en una reflexión y un rezo dedicados a la futura pareja real.
Hume subió al púlpito de la abadía y dijo: "Hoy rezamos por todas las parejas que se preparan para el matrimonio, especialmente rezamos hoy por su alteza real el príncipe Guillermo y la señorita Catalina Middleton, que se preparan para su gran día, el viernes".
Este miércoles habrá un ensayo general de los músicos y el jueves habrá otro para los religiosos que oficiarán la ceremonia. Se espera que en algún momento los novios visiten la abadía para ultimar los detalles aunque no se ha dado a conocer cuándo.
Los novios "están llevando muy bien" la cuenta atrás de la boda y son "muy conscientes" de la importancia y de la repercusión mundial de su boda, dijo Hall. Añadió que aunque el enlace sea visto por millones de personas "tiene que ser algo muy personal para ellos".
En las próximas 48 horas serán instalados los adornos florales, la alfombra roja y cientos de sillas.
Entre los 1,900 invitados hay jefes de Estado, miembros de la realiza de varios países, gente del espectáculo , deportistas y diplomáticos. Se calcula que cerca de 2,000 millones de personas la observarán en todo el planeta.
El obispo de Londres, Richard Carew, leerá la homilía y el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, convertirá a los novios en marido y mujer. El obispo es amigo personal del príncipe Carlos, padre de Guillermo, y fue el encargado de oficiar el funeral de Diana de Gales en 1997.