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Londres financió a los verdaderos 'piratas del Caribe'

Una exposición revela, a través de un repaso por la vida del pirata capitán Kidd, la verdad detrás de la piratería en el siglo XVII
jue 02 junio 2011 08:10 AM

Olvídate de las piernas de palo, los loros y los parches en los ojos: los verdaderos piratas del Caribe eran mucho más complicados.

De acuerdo con una nueva y reveladora exposición cerca de la orilla del río Támesis de Londres, un conjunto de los bucaneros más famosos de Gran Bretaña estaban coludidos con políticos de alto nivel y empresarios durante la edad de oro de la piratería en el siglo 17.

“A medida que Gran Bretaña comenzó a expandir su imperio, los piratas podían, literalmente, verse caminando por las calles de Londres", dijo Tom Wareham, curador de historia marítima y comunitaria en el Museum of London Docklands . "Esta ciudad, los negocios turbios con proveedores misteriosos y poderosos financiaron una gran parte de la piratería alrededor del mundo".

La exposición, titulada Piratas: La historia del capitán Kidd, explora la sorprendente verdad de cómo la clase política corrupta de Londres se afianzó gracias a la piratería, al examinar la vida del polémico navegante.

El capitán Kidd, tan infame como su sanguinario contemporáneo Barbanegra, terminó ahorcado por acusaciones de piratería y por el asesinato de un miembro de la tripulación en el Muelle de ejecución, en el Támesis de 1701.

Su cuerpo fue cubierto de alquitrán y colgado durante años en una jaula de hierro sobre el río, como una advertencia a los aspirantes a piratas.

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Pero, ¿acaso era culpable de algún delito?

Vilipendiado en su momento como un asesino a sangre fría y un terror de alta mar desde el Caribe hasta el océano Índico, la exposición revela que Kidd fue, de hecho, una marioneta en las guerras a beneficio de los más ricos de la élite de Londres.

“En realidad era un corsario, un mercenario con permiso del gobierno para saquear barcos mercantes que enarbolaban los colores de los enemigos de Inglaterra; principalmente de Francia y España", explicó Wareham.

Según Wareham, la práctica era realmente una forma de piratería legítima.

Cinco figuras principales del gobierno —dos condes, dos lords y el primer lord del Almirantazgo — contrataron a Kidd, en lo que significaba "un compromiso especialmente oscuro", dijo el historiador Angus Konstam, autor de varios libros sobre piratas, incluyendo Piracy: The Complete History.

"Ellos planearon ignorar la legislación normal en materia de contratos de corsarios, e hicieron su propio acuerdo único, con el que se proponían ganar una fortuna explotando la experiencia de Kidd como corsario", expuso Konstam. "Era un acuerdo que apestaba a corrupción".

Sin embargo, algo probablemente desconocido para Kidd, era que sus respaldos eran rivales de la poderosa Compañía de las Indias Orientales, la corporación multinacional despiadada que exportaba productos exóticos del sub-continente indio.

Cuando las actividades de Kidd en las Indias Orientales, como se les conocía en aquel entonces, amenazaron los intereses de la Compañía de las Indias Orientales, aseguró su caída, dijo Wareham.

“Después de que él atacó a un buque mercante de Armenia, la Compañía de las Indias Orientales movió sus contactos para detenerlo con la base de que no era un objetivo legítimo para un corsario, a pesar de que estaba navegando con un pase de Francia”, explicó.

De acuerdo con los documentos que forman parte de la exposición, incluyendo sus notas personales y cartas, Kidd fue sometido a una burla de juicio en el que los informes cruciales que probaban su inocencia desaparecieron misteriosamente, y se le impidió prestar declaración.

La exposición incluye la última carta de Kidd, con la promesa de un tesoro escondido, el inventario original de todo su botín, y una bandera pirata genuina del siglo 17.

Wareham espera que la muestra resuene hoy en día porque “ilustra las raíces históricas de la clase de explotación empresarial que vemos hoy en día, así como la doble moral de los políticos”, dijo.

El curador también confía en que la exposición, abierta hasta finales de octubre, ayude a disipar algunos de los mitos modernos que rodean a los piratas de esta edad de oro.

“Ellos tienen un poco de mala reputación, en mi opinión", opinó Wareham. “Muchos de ellos eran hombres que habían sido enganchados por la Marina durante tiempos de guerra, sólo para después encontrarse sin empleo cuando está terminó. No tenían mucho más a su favor y en muchos casos simplemente habían caído en una vida de la piratería".

Los piratas en el tiempo del capitán Kidd no guardan “casi ninguna relación con nuestra percepción moderna de los piratas”, dijo Konstam, teniendo en cuenta que todo lo que generalmente se asocia con ellos fue inventado posteriormente.

“No se puede culpar a Robert Louis Stevenson por escribir La isla del tesoro: sigue siendo uno de los libros para niños más apasionante de todos los tiempos Sin embargo, creó mapas del tesoro con una 'X' que marcaba el lugar, tesoro de piratas enterrados, y el punto negro”, dijo Konstam.

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