Un hombre roba un Picasso de 200,000 dólares de galería en San Francisco
Un dibujo de Pablo Picasso con un valor superior a 200,000 dólares desapareció de una galería de arte de San Francisco el martes, en un robo durante el mediodía, informaron medios locales.
El dibujo a lápiz, titulado Tête de Femme (Cabeza de mujer), estaba expuesto en la Galería Weinstein , en Geary Street. Un hombre bien vestido, con lentes oscuros, entró al lugar, tomó el dibujo -cuyas medidas se acercan a las de una hoja tamaño carta- y huyó de la galería en un taxi que le estaba esperando, reportó el San Francisco Chronicle.
La policía está pidiendo la ayuda del público para recuperar la obra.
"Estamos esperando que alguien del público pueda reconocer esta pieza, si ven a alguien caminando por ahí con ella o tratando de venderla", dijo el portavoz de la policía, Albie Esparza, al Chronicle.
La pieza será difícil de vender, dijo a The Chronicle el historiador de arte Sharon Flescher, de la Fundación Internacional para la Investigación Artística.
"Los coleccionistas legítimos no la tocarán", comentó Flescher al diario.
La policía describió al sospechoso como una persona de sexo masculino de 30 a 35 años de edad, de aproximadamente 1.8 metros de altura, de acuerdo con la cadena afiliada a CNN, KGO-TV. Llevaba "una chamarra oscura, camisa blanca, pantalón oscuro y mocasines sin calcetines", reportó KGO.
El presidente de la galería, Rowland Weinstein, dijo a The Chronicle que la pieza robada era parte de una colección que Picasso había regalado originalmente a su chofer. La galería la adquirió en mayo, dijo Weinstein al diario San Francisco Examiner. La galería también cuenta con piezas de artistas como Chagall, Matisse y Dalí.
"Mi objetivo es mantener este tipo de trabajo a disposición del público, y siempre hay un riesgo ligado a ello", dijo Weinstein al Examiner. Los procedimientos de seguridad serán revisados, comentó, para que esa política no deba ser cambiada.
El Picasso estaba asegurado, pero Weinstein dijo a The Chronicle que está más preocupado por la preservación del arte en sí mismo.
"Mi mayor temor es que, con toda esta atención encima, la persona se dé cuenta de que (la obra) es imposible de vender, y se deshaga de ella de una manera menos adecuada", citó The Chronicle.