Alberto de Mónaco arremete contra la prensa por el rumor sobre su pareja
El príncipe Alberto de Mónaco se quejó con la prensa por la publicación de rumores sobre su pareja, y dijo que detrás de esas noticias hay celos de una o de varias personas de su país que "tratan de hacer daño".
Pocas horas después de su vuelta de un viaje por África, Alberto de Mónaco y su esposa Charlene convocaron a varios periodistas locales para manifestar su indignación frente a los rumores "insoportables".
"Desde hace mucho tiempo, mi familia es objeto de rumores nacidos de los celos. Hay una o varias personas en Mónaco que intentan hacer daño (...) Es lamentable que los medios de comunicación hagan suyos esos rumores sin verificar las informaciones".
"Siempre he respetado la libertad de expresión, pero la difusión de informaciones falsas es lamentable y susceptible de sanciones penales", añadió el príncipe.
Alberto II no permitió preguntas y dijo que algunos de los rumores publicados pueden causar risas, pero que otros son dañinos.
Todo empezó el pasado 28 de junio, a tres días de la boda, cuando el sitio internet del semanario francés L'Express publicó que la prometida Charlene Wittstock había ido hasta el aeropuerto de Niza para tratar de tomar un avión para su país, Sudáfrica, tras descubrir algunos asuntos oscuros de la vida de Alberto.
Diversos medios precisaron que se trataba de que el príncipe había tenido un tercer hijo, aparte de los dos que ha reconocido a condición de que sus madres renuncien a cualquier pretensión al trono del pequeño Estado.
El abogado de Alberto de Mónaco, Thierry Lacoste, indicó que iba a denunciar a L'Express por difamación, y justificó que no se haya hecho hasta ahora porque estaban recogiendo pruebas.
El director del sitio web, Christophe Barbier, que participaba en el mismo programa de televisión en que Lacoste hizo su anuncio, señaló que no ha recibido ninguna citación, y que la información sobre las desavenencias en la pareja estaban confirmadas por diferentes fuentes que no podían estar concertadas entre sí.
Una vez casados, los medios de comunicación hicieron eco de que durante su viaje a Sudáfrica los príncipes dormían en hoteles diferentes, algo que el Palacio de Mónaco justificó desde el principio por las obligaciones de Alberto como miembro del Comité Olímpico Internacional.