Tadao Ando, arquitectura japonesa que ofrece tranquilidad y protección
Cinco días antes del sismo de marzo de 2011 en Japón, Tadao Ando visitó Monterrey para supervisar la ejecución de su diseño Puerta de la Creación .
Una vez terminado, en 2012, el proyecto de 34 millones de dólares acogerá el Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Monterrey. Además, formará parte del plan maestro para ampliar el campus de la universidad regia.
El arquitecto, ganador de un premio Pritzker, platicó con la revista Obras sobre su nuevo proyecto en México.
Obras: ¿Por qué 'Puerta de la Creación'?
Llegué a la idea de la puerta a partir de la ubicación del edificio, a la entrada del campus y al pie de la Sierra Madre . Refleja, además, mi percepción de que los jóvenes estudiantes caminarán hacia nuevas fronteras creativas.
Mi meta es crear lugares en donde la gente se relacione y dialogue. Deseo que el edificio se convierta en una fuente de inspiración hacia el futuro y que se extienda más allá de las montañas que se ven a la distancia.
Obras: ¿Seguirá trabajando en México?
Una arquitectura inicia cuando hay demanda. Si hay clientes, hay obras. Pero está muy lejos para venir hasta acá. ¡Me parece que es el fin del mundo!
Obras: ¿Qué lo convencería para regresar?
No puedo hacer arquitectura yo solo, necesito a mi gente, una compañía y una contraparte. Si hay un equipo de trabajo, a lo mejor sí; si no… no.
En Japón yo tengo a mi gente, aquí tendríamos que iniciar desde la formación del equipo. Aunque estoy seguro de que podemos construir una obra de forma mucho más dinámica de como lo hacemos en mi país.
Siempre busco gente muy comprometida con su profesión. Si no estoy convencido de la entrega de los demás, no me dan muchas ganas de trabajar, porque entre los seres humanos es imposible establecer una relación, aunque sea de trabajo, si no hay confianza entre ellos.
El trabajo ante la devastación
En menos de cinco días, Ando pasó del entusiasmo por su obra en México a ser testigo de la destrucción en su país .
Si bien no se vio afectado directamente por el sismo, el japonés asentado en Osaka, considera que lo más importante es dar garantías a los usuarios. "Nuestra profesión busca la seguridad física y la protección, dar tranquilidad mental y espiritual. Es una actividad noble, porque protegemos la vida".
Años atrás, Ando donó los 100,000 dólares que incluía el premio Pritzker de arquitectura con el que fue reconocido en 1995, a los huérfanos de la ciudad de Kobe, víctimas del temblor de 6.9 grados que impactó Japón ese año. "Los que estamos en la arquitectura tenemos la responsabilidad muy grande de contribuir con la sociedad", dice.
Aun con el terremoto, el tsunami y las constantes réplicas en Japón, el arquitecto debe cumplir con los 20 proyectos de su despacho, Ando Architects and Associates en Asia, Medio Oriente, América y Europa.
El galardonado arquitecto, de 42 años, no estudió formalmente una carrera por falta de recursos económicos, pero eso no lo limitó a fundar un despacho que cuenta entre sus clientes a las familias Pullitzer, Armani y Benetton , e incluso es el encargado del diseño de la casa en Dublín de Bono, líder del grupo irlandés U2.