Siempre quedará 'Noches de la Habana'... a propósito de 'Baile Caliente'
Yo creo en los remakes: El Padre de la Novia, La Gran Estafa, Juego de Gemelas… cada versión fue un clásico en su propio tiempo.
Y a pesar de que la recientemente anunciada nueva versión de Dirty Dancing (Baile Caliente) —probablemente— no esté al nivel de la película de baile de 1987, soy optimista.
Con todo el ruido que rodea a Baile Caliente 2.0, que será dirigida por el coreógrafo de la película original, Kenny Ortega, es fácil olvidar que no es la primera vez que se vuelve a contar la historia. En 2004 se estrenó Baile Caliente: Noches de la Habana.
Ahora lo confieso: realmente me gustó.
Antes de que saltes a la sección de comentarios y desates tu furia, estoy consciente de que Noches de la Habana no es ni remotamente tan buena com Baile Caliente. Diego Luna y Romola Garai no parecen siquiera suplentes de Patrick Swayze y Jennifer Grey.
Pero si lo tomas por lo que es, una película de baile con su propia versión de una historia clásica, es una película realmente agradable. Además, hay algunas escenas muy divertidas (si tenían o no la intención de ser cómicas, no estoy segura).
Funcionó porque no trató de presentarnos a un nuevo bebé, a un nuevo Johnny Castle, o incluso a un hotel Catskills en nuestros días. Tomó lo que oficialmente llamé el enfoque de Amigos con Beneficios: La misma historia, una película diferente.
Esta última, protagonizada por Mila Kunis y Justin Timberlake, llegó a los cines sólo seis meses después de que la película de Natalie Portman y Ashton Kutcher Amigos con Derechos. Las dos cuentan la historia de dos personas que intentan entablar una relación sexual informal.
Por supuesto, en el caso de Baile Caliente, pasaron 17 años antes de que otra película retomara el argumento.
Al igual que en la original, Noches de la Habana es una película de época, de todo tipo. Sucede a finales de la década de los 50, durante la Revolución Cubana. Al principio de la película, Katey (Garai) se acaba de mudar a Cuba con su familia. Ahí conoce a Javier (Luna), un ayudante de camarero y talentoso bailarín de música latina quien le enseña algunos pasos.
Basta con cambiar algunos bailes de Kellerman con una competencia en una sala de baile latina y sustituir (I’ve Had) The Time of My Life por Do You Only Wanna Dance de Mya, y probablemente se pueda completar el resto.
También me gustan los montajes de las películas. No hay nada mejor que ver que sucedan una serie de eventos y al mismo tiempo escuchar una canción pegajosa. En el caso de Noches de la Habana, sobre la mitad de la película, las escenas de la pareja que ensaya sus pasos en un techo y en la playa son acompañadas po Dance Like This de Wyclef Jean y Claudette Ortiz.
Incluso tienen su propia versión, menos desafiante, de la dramática elevación de Swayze y Grey.
Este es mi punto: La película no intentaba ser la siguiente Baile Caliente. Simplemente recicló una fórmula ganadora.
En el interés de una revelación completa, Noches de la Habana fracasó en la taquilla. Con un presupuesto de 25 millones de dólares, sólo recaudó 14 millones de dólares en Estados Unidos.
Podría ser el elenco relativamente desconocido. Aunque Luna tenía una carrera exitosa en Latinoamérica antes de seguir los pasos de Swayze en 2004. John Slattery y Sela Ward interpretaron a los conservadores padres de Katey.
Tal vez la gente quiso proteger a Baile Caliente y optó por rebelarse contra una película que se atrevió a aprovecharse de su nombre.
Con tantos fans tomando las armas en contra del inminente remake de Kevin Ortega —innumerables grupos que se oponen a la cinta aparecieron en Facebook esta semana—será interesante ver cuanta gente llega a la taquilla.
Yo sé que lo haré.