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Libros sobre muertos 'mantienen viva' la cultura de Tailandia

Escribir y leer libros sobre muertos es una tradición de más de 100 años que ayuda a conservar la cultura de Tailandia
jue 18 agosto 2011 03:50 PM

Los libros de los muertos son recuerdos populares en los funerales tailandeses y también ofrecen una visión histórica e incluso recetas tradicionales.

Literatura necrológica puede sonar un poco morboso o vampírico, pero tanto la élite de dinero de la sociedad tailandesa, como el orgulloso pueblo humilde, escriben, publican y leen millones de nostálgicos libros funerarios de memorias gratuitamente.

Con su popularidad en crecimiento, estos libros no solamente proveen información sobre las vidas de los muertos, también son cada vez más importantes para mantener las valiosas tradiciones culturales.

“Estos libros se escriben sobre los muertos”, dice Tieng Nantoe, de 83 años, durante una entrevista en el templo Wat Bovomives de Bangkok, en donde enseña inglés a los monjes budistas.

“Yo mismo escribí uno de esos libros cuando mi hermano menor murió, hace seis o siete años. Sólo era folleto, así que no me tomó mucho tiempo escribirlo”.

“El tenía alrededor de 55 años y murió por beber alcohol, pero en el libro no dije el motivo de su muerte. Simplemente escribí que había estado enfermo. Él era un coronel”.

Los Nangsu anuson ngansop (libros funerarios de memorias) se ofrecen gratuitamente a cualquier persona que realice una visita mientras un cadáver espera a ser cremado en el horno de un templo budista.

El texto y las fotografías no siempre son sombríos, tristes y dolorosos. Las publicaciones también pueden incluir elogios o divertidas historias de los parientes y amigos, además de las oraciones budistas, la descripción de las recetas favoritas del fallecido y otros datos interesantes.

“Mi hermano menor también escribió algunos hechos, y yo los reuní cuando hice el libro”, dice Tieng. “Mis parientes y yo teníamos prisa para terminar el libro, así que imprimimos alrededor de 500 copias en nuestra computadora para la gente que asistiera al funeral”.

“Estos libros sobre los muertos normalmente son escritos por sus parientes. Es un buen libro, porque trata la labor del muerto —las ideas, los pensamientos, los sentimientos del muerto”.

A menudo se ilustran con fotografías en blanco y negro y en color, en donde se muestran los queridos retratos familiares, las fotografías de graduaciones, de bodas y, en algunos casos, los encuentros con celebridades, monjes, funcionarios de gobierno o la realeza”.

“Ocasionalmente, cuando queremos conocer la biografía de alguien del pasado, consultamos un libro de los muertos, yo tengo más de 10”, dice Tieng.

Los libros funerarios son una gran fuente para consejos de cocina.

Los tailandeses han regalado los libros funerarios en las cremaciones por más de 100 años. Con una población actual superando los 65 millones de habitantes, esto equivale a innumerables copias del Nangsu anuson ngasop.

La realeza y otras personas con riqueza pueden producir obituarios opulentos, encuadernados con forros de cuero y con relieve de oro, mientras otras personas optan por panfletos más simples.

Los que no tienen para gastar en estos libros de recuerdos, o no los producen se conforman con versiones económicas que mencionan algunos detalles biográficos en medio de una selección de aforismos budistas.

Los dolientes, parientes y amigos, no son las únicas personas que leen estos libros.

Los académicos tailandeses y extranjeros, los chefs, los artistas y otras personas calladamente examinan los libros con textos valiosos o referencias históricas, con instrucciones tradicionales para preparar comida, etimologías, descripciones de viajes, remedios herbales y médicos, relatos pintorescos y rumores, además de otra información cultural diversa.

Algunos restaurantes tailandeses como el restaurante de alta categoría Nahm de Bangkok, presume que la fuente de sus recetas son los antiguos libros de cremación que meticulosamente producen una cocina deliciosa y auténtica.

Los chefs no necesitan pertenecer a una sociedad tipo Illuminati de nombre Sociedad de Recetas de Muertos. Simplemente pueden visitar bibliotecas, museos, templos y tiendas para encontrar libros funerarios, o visitar las casas de las personas que guardan los documentos para que otros los lean.

“Las colecciones del sudeste de Asia en las bibliotecas occidentales se han esforzado para aumentar la cantidad de esos trabajos”, escribió Grant A. Olson en la edición de 1992 de Estudios del Folclore Asiático.

“Recientemente, en gran parte debido al aumento en el costo del papel, los libros de cremación se producen sólo selectivamente y cada vez se vuelven más una actividad de la gente con más dinero.

“Los videos se están volviendo populares en Tailandia, al igual que en otras partes del mundo. Y si bien todavía no se tocan en los funerales, muchos de ellos son grabados y las copias se convierten en recuerdos”, señaló Olson.

Los orígenes de los libros funerarios

Hasta mediados del siglo XIX, los tailandeses tradicionalmente daban pequeños regalos en los funerales, pero después decidieron ofrecer algo más personal y duradero.

Así que cuando las imprentas llegaron al país en 1835, los libros producidos localmente se volvieron populares, lo que inspiró a la gente a imprimir los libros funerarios.

Uno de los primeros libros de cremación apareció en 1881, cuando se crearon 10,000 copias para el doble funeral de dos mujeres —la reina Sunanda Kumariatana, esposa del rey Chulalongkorn, y de su hija— quienes se ahogaron cuando su barco se volcó en el rio Chao Phraya.

En ese libro se incluyeron cantos y versos budistas.

El rey Chulalongkorn, también conocido como Rama V, después se encargó de darle forma a los libros funerarios tras lamentar que la mayoría de las personas simplemente llenaba las páginas con información al azar y confusa.

En 1904, el rey “proclamó que estos libros que contienen toda esta profunda filosofía budista no eran muy agradables para las personas que los leían. Así que solicitó que las personas comenzaran a publicar fabulas, Jataka, (cuentos budistas), y ficción”, escribió Damrong Rajanubhab, quien administraba las bibliotecas de Siam en esa época.

Más recientemente, se estableció una biblioteca en Wat Bovomives, para preservar cualquier libro funerario que se deposite para su archivo.

Hoy en día, los tailandeses algunas veces descubren los libros funerarios de su familia mientras limpian cajas viejas o renuevan sus casas, y el deleite de aprender más sobre su árbol genealógico al ser presentados con ancestros ya muertos que quizá no conocían.

Los coleccionistas también compran y venden libros funerarios de personas interesantes, o volúmenes publicados con formatos elaborados o con información difícil de encontrar.

Sin embargo, algunas personas sospechan que los codiciosos comerciantes asisten a las ceremonias de cremación sólo para conseguir un libro funerario de una persona famosa y poder venderlo después.

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