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La música de Jay-Z, sobreviviente con éxito de la tragedia del 11-S

El álbum del rapero 'The Blueprint' salió a la venta el día del atentado terrorista en Nueva York y aún así, obtuvo ventas récord
vie 09 septiembre 2011 11:15 AM
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El sexto álbum de Jay-Z, The Blueprint, llegó a las tiendas de discos en la fatídica mañana del 11 de septiembre de 2001 .

A pesar de la horrible coincidencia, el álbum del rapero de Nueva York —con la exitosa canción Izzo (H.O.V.A.)— vendió más de 420,000 copias en su primera semana.

Eso es una hazaña impresionante para cualquier músico en un momento de descenso en las ventas; sin mencionar que los estadounidenses estaban todavía aturdidos por el peor ataque terrorista en territorio de Estados Unidos en la historia moderna. El álbum llegó a vender más de dos millones de copias, obteniendo un certificado multiplatino, de acuerdo con la Recording Industry Association of America, que lleva registro de las ventas de música.

¿Entonces por qué a The Blueprint le fue tan bien en medio del caos del 11-S?

Los expertos en música dicen que las ventas de música ese día y esa semana fueron al menos parcialmente impulsadas por un grupo de consumidores jóvenes, que de algún modo increíble no estaban preocupados –o al menos, no paralizados– por los acontecimientos del 11-S.

“Los jóvenes no directamente afectados están siempre más distanciados del progreso de la tragedia nacional”, dijo Tricia Rose, profesora de la Universidad de Brown y autora de The Hip Hop Wars.

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Para ser justos, The Blueprint de Jay-Z —considerado como una obra maestra por muchos críticos de música— no era una obra con una particular conciencia social.

Como una mezcolanza de reflexiones sobre la vida en la calle, la calidad más entrañable del álbum puede ser su producción llena de soul (creada en parte por un entonces joven Kanye West), presentando sampleos de música de la talla de David Bowie y The Doors.

Un puñado de otros álbumes importantes también fueron lanzados el 11-S, incluyendo Love and Theft de Bob Dylan y Glitter de Mariah Carey. Pero nadie tuvo un récord de ventas que se acercara a lo que Jay-Z logró esa semana.

Rose dice que fue una confluencia de factores, a semejanza de los catalizadores del 11-S en sí, lo que ayudó a explicar las ventas de Jay-Z esa semana.

“Mientras que los aficionados mucho más viejos de Mariah Carey o Bob Dylan probablemente estaban demasiado ocupados y preocupados por los ataques terroristas como para salir corriendo a comprar un CD en la semana del 11-S, los fanáticos adolescentes y veinteañeros de Jay-Z, que ya estaban esperando este lanzamiento desde mucho antes, se mantuvieron enfocados en su ídolo”, dice Rose. “Y muchos probablemente nunca dejaron la comodidad de sus habitaciones para descargar la versión digital”.

The Blueprint fue uno de los primeros grandes álbumes de hip-hop disponibles en el nuevo iTunes ese año. De hecho, las descargas digitales despegaron en 2001 con la llegada del nuevo servicio de suscripción de música.

Sin embargo, el 11 de septiembre de 2001, la gente aún estaba comprando en las tiendas de música en la ciudad de Nueva York, incluso a corta distancia de los ataques. “Había una gran confusión y, definitivamente, un sentimiento de inquietud, pero Nueva York, al menos en esta área, aún estaba funcionando”, dice Daniel Givens, un comprador para Other Music, una tienda de discos de Brooklyn situada a un kilómetro y medio de donde estaba el World Trade Center.

Givens estaba trabajando el 11 de septiembre de 2001.

“Había una atmósfera de aprensión sobre ese día en general, pero la gente todavía estaba tratando de llegar al trabajo, de llegar a donde iban; seguían funcionando”, dice Givens.

Esa capacidad de funcionar, de seguir adelante, es lo que sin duda mantuvo a la ciudad y a la nación unida durante uno de los momentos más oscuros de la historia de la nación . Debían comprarse alimentos. Había cosas que hacer. Incluso algo tan aparentemente intrascendente como la música nueva tenía que ser escuchada.

De acuerdo con el profesor de medios de comunicación, Aaron Sachs, otro factor en las ventas de The Blueprint es el tipo de público al que Jay-Z apela.

“Las cabezas (fanáticos) del hip-hop tienen un tipo diferente de relación con la música que los fanáticos de otro género”, dice Sachs, profesor adjunto de tecnologías de medios de comunicación y cultura en St. Mary's College of California. “El hip hop no es sólo música, es una cultura y una mentalidad que impregna muchos aspectos de la vida de las cabezas del hip-hop”.

Independientemente de las circunstancias o la situación, Sachs dice que el fanático del hip-hop utiliza la música como una banda sonora de su vida, de una manera que va más allá de la relación de un oyente casual.

“Ser cabeza de hip-hop significa que compras discos no importa lo que esté pasando en tu vida o en el mundo, especialmente un álbum tan novedoso y esperado como era The Blueprint”, dice.

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