El cáncer le hizo una mala jugada a Andy Whitfield
La muerte de Andy Whitfield este domingo por un linfoma de no-Hodkins sorprendió a varios pues parecía que el actor había superado el cáncer.
El actor de 39 años estaba respondiendo bien a los tratamientos contra la enfermedad, la cual le fue detectada en marzo de 2010 durante un chequeo de rutina, de acuerdo con E! Online.
En un examen realizado en mayo de ese año indicaba que ya no había indicios de cáncer en el sistema de Whitfield, y semanas más tarde completó su tratamiento, detalló el sitio de entretenimiento.
Incluso había planes para que regresara a trabajar en un proyecto de televisión, según mencionó el exproductor de Spartacus, Steven S. DeKnight. Sin embargo, la enfermedad regresó con más fuerza.
Este tipo de cáncer se esconde muy fácil del radar, por lo que no pudieron detectarse algunas de las células malignas restantes, explicó E! Online.
Chris Albrecht, presidente de Starz que produce Spartacus, lamentó la pérdida de su estrella, con quien dijo tuvo la fortuna de trabajar en la serie de televisión.
"Fuimos muy afortunados de trabajar con Andy en Spartacus y saber que ese hombre que interpretó a un campeón en pantalla fue también un campeón en su propia vida", señaló Albrecht en un comunicado.
Añadió que el actor fue "una inspiración para todos al enfrentar su batalla personal con coraje, fuerza y gracia", informó People.
¿Qué es un linfoma de no-Hodkins?
El linfoma es un tipo frecuente de cáncer que se caracteriza por la multiplicación descontrolada de células del sistema inmunológico conocidos como linfocitos.
En general, los linfomas se manifiestan con ganglios aumentados de tamaño, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso. Sin embargo, pueden afectar cualquier órgano ya que los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos que circulan por la sangre, por lo que es frecuente encontrar enfermdad avanzada con lesiones en el higado, bazo, huesos, etcétera.
Sin embargo, no todo ganglio inflamado implica la existencia de un linfoma. Existen muchas infecciones y otras enfermedades que pueden provocar un aumento de los ganglios linfáticos.
Clásicamente los linfomas se clasifican en dos grandes grupos: la enfermedad de Hodgkin, que representa el 15-20% de los casos, y los linfomas no hodgkinianos (LNH) de los cuales existen más de 30 variantes diferentes.
Desde el punto de vista clínico los Linfoma no-Hodgkin pueden clasificarse como muy agresivos o indolentes. Los linfomas indolentes, aunque son de lento crecimiento (pueden estar años sin dar ningún síntoma) y pueden responder bien al tratamiento, son dificilmente curables y tienen tendencia a volver a salir pasado un tiempo (meses o años) después de darse el tratamiento con quimioterapia.
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