Los apuntes de un crítico en el Festival Internacional de Cine de Toronto
El Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF por sus siglas en inglés) es enorme. Cientos de miembros de la industria cinematográfica internacional llegan a la Ciudad Reina de Canadá cada septiembre para participar en el principal evento cultural de la ciudad. Este año, mas de 330 cortometrajes y largometrajes de 65 países se proyectaron, y los directores, actores y miembros del equipo de muchos de ellos estuvieron en la ciudad para promover sus películas.
No solo es eso, muchos actores participaron en más de una película en el TIFF, entre ellos Clive Owen (Killer Elite, Intruders), Michael Fassbender (Shame, A Dangerous Method), George Clooney (The Ides of March, The Descendants), Rachel Weisz (Page Eight, 360, The Deep Blue Sea), Ryan Gosling (Drive, The Ides of Marche), Gerard Butler (Machine Gun Preacher, Coriolanus), Carey Mulligan (Shame, Drive), Seth Rogen (50/50, Take This Waltz) y otros. Mark Duplass incluso protagonizó una película (la magnifica Your Sister’s Sister de Lynn Shelton) y coescribió y codirigió otra con su hermano Jay (Jeff, Who Lives At Home).
Normalmente el festival incluye una mezcla de películas con distribución en EU y Canadá (muchos distribuidores estadounidenses utilizan el TIFF como una fiesta de presentación para sus estrenos de otoño) junto con los que esperan ser adquiridos, cintas con grandes estrellas y películas sin estrellas, y por supuesto filmes en una decena de idiomas.
Toronto también es uno de los dos o tres (dependiendo con quién hables) eventos más importantes de la industria cinematográfica en el calendario (junto con Cannes y Sundance) y es un frenesí prácticamente en todos los aspectos de la industria cinematográfica internacional.
El TIFF también es el primer gran festival en el norte del continente Americano para que las audiencias y las personas de la industria vean algunos de los grandes éxitos de Cannes. (El Festival de Cine de Telluride proyecta muchas de ellas poco antes del TIFF, pero es mucho más pequeño y es un evento más selectivo). Muchas de estas películas se estrenarán antes de que termine el año, y muchas son importantes contendientes para los premios Oscar.
Desde el principio: Una obra maestra
Una de estas películas fue objeto de mucha (de forma innecesaria en mi opinión) alharaca en Cannes a principio de este año: Melancolía de Lars Von Trier (Magnolia Pictures. En demanda a partir del 7 de octubre, en las salas de cine a partir del 11 de noviembre). Probablemente recuerdes que en mayo, Von Trier se metió en problemas cuando aparentemente dijo en una conferencia de prensa que simpatizaba con Adolf Hitler y posteriormente se le declaró “persona non grata” en el Festival de Cine de Cannes.
El hecho es que, cualquiera con algo de sentido común, supo que no hablaba en serio, y si tal vez la broma pudo ser de mal gusto, claramente no fue una declaración de lealtad al Tercer Reich. Si quieres leer todo en su contexto, búscalo en Google, pero para citar Shakespeare, realmente fue mucho ruido y pocas nueces.
En cuanto a Melancolía, es nada menos que una obra maestra. Lo digo como un fan indeciso del trabajo de Von Trier. Gran parte del trabajo que he visto de él es muy difícil de ver y no puedo decidir si son obras maestras o pedazos de (…) otra cosa. Está bien, le estoy dando un poco de vueltas, pero realmente, no creo poder volver a ver Rompiendo las Olas o Bailando en la Oscuridad de nuevo. Aunque admito que tal vez puedan ser el trabajo de un genio, no pienso volver a ser sujeto de ese tipo de abuso emocional.
Sin embargo, no me siento ni remotamente igual con Melancolía, y no puedo esperar para verla de nuevo. Es, en todos los sentidos, un logro sorprendente. Es muy posible que sea la primera película de arte de desastres, es casi tan impresionante visualmente como lo que quisieras ver en una película, y presenta la mejor actuación femenina en años con Kirsten Dunst como Justine, una joven recién casada que lentamente regresa a una depresión paralizante, mientras el mundo a su alrededor literalmente se está terminando.
En las palabras (en correo electrónico) de su coprotagonista Stellan Skarsgârd (Thor, Rompiendo las Olas): “La actuación de Kirsten no solo es valiente, es una descripción muy sutil de un viaje depresivo a través de la mente, y todo solo en sus ojos. Una de las mejores actuaciones que he visto”.
No puedo estar más de acuerdo. Esta película no es para todo el mundo (a los que les gustó Transformers 3 no necesitan asistir a verla), pero si eres un verdadero amante del cine, debes ir a verla. Espero escribir más sobre esta obra de arte cuando se acerque el estreno de la película.
¿Cuándo una película de estudio no es una película de estudio?
He asistido a los festivales de cine desde antes de que me ganara la vida dentro de la industria, y creo que si hubiera elegido otro camino profesional, seguiría asistiendo. Una de las razones es que hay una amplia variedad de ofertas de películas.
¿No se te antoja una comedia de los grandes estudios? Bueno, exhiben una sexy película francesa de misterio dentro de 15 minutos al otro lado del pasillo. ¿Te sientes un poco abrumado con la vida y necesitas un descanso de eso? Hay una comedia dramática romántica independiente dentro de una hora. Documentales, comedias, thrillers eróticos, comedias de payasadas (…) incluso películas mudas. El TIFF lo tiene todo.
Una de las películas de un estudio grande que hace gran parte de sus conferencias de prensa en Toronto antes de su estreno fue la destacada Moneyball (Columbia Pictures, se estrenará a partir del 23 de septiembre) de Bennett Miller, el director de Capote.
Presentando en su elenco a Brad Pitt, Philip Seymour Hoffman (Capote) y Jonah Hill, así como a los escritores Steven Zaillian y Aaron Sorkin, Moneyball fue mencionada durante meses como una de las contendientes para mejor película, y yo digo que tiene una gran oportunidad. Por supuesto, es muy temprano para empezar con las nominaciones, pero no me voy a ir por las ramas, al decir que estará en la pequeña lista.
En la superficie, Moneyball no suena como una ganadora. Es una película sobre béisbol que se centra en el gerente general de los Atléticos de Oakland, un equipo pequeño que deja ir a sus jugadores estrellas a través de la agencia libre. También se basa en una historia verdadera, así que los aficionados al béisbol (como yo) ya saben lo que sucede al final, y no hay romance.
Si todavía no te asusto, entonces bien, estás listo para un agasajo, porque Moneyball resulta ser una película bien escrita, con unas actuaciones excepcionales y una dirección estilizada. Pitt es Billy Beane, un ex jugador fracasado y gerente general de los Atléticos que está empantanado con el equipo que acaba de perder a sus superestrellas que se fueron a los Yankees y a los Red Sox, y no tiene el suficiente dinero para reemplazarlos.
Mientras discute las posibles contrataciones con el gerente general de otro equipo, Beane conoce a Peter Brand (Jonah Hill) un graduado de Yale con sobrepeso y nada atlético que utiliza los números para identificar a los mejores jugadores en lugar de utilizar el método de verlos jugar.
Brand identifica un porcentaje de cuantas veces logra llegar a base un hombre como la estadística clave para determinar qué jugador puede o no puede ayudar al equipo, y eso, combinado con otras estadísticas y formulas que incluso no pretendo entender, es la mejor forma de evaluar el talento, especialmente si no tienes millones de dólares para gastar, como digamos, los Yankees o los Red Sox. Básicamente destiló el deporte hasta algo obvio: Si anotas más que los otros tipos, tu ganas, y para anotar carreras, necesitas tener hombres en base.
Como cualquier historia sobre alguien que intenta cambiar la manera en que se hacen las cosas en un “club de hombres viejos” (y no hay una tradición más añeja que el béisbol profesional), Moneyball esta llena de metáforas de las dificultades por las que pasan Beane y Brand, intentando convencer a los dirigentes de que están en lo correcto.
Hay un sentimiento de “nosotros contra el mundo”, en esta película, y créelo o no, una atmósfera de esa películas clásicas independientes de mitad de la década de los 70 que los estudios solían hacer. De hecho, Miller le dijo a EW que en especial, Todos los Hombres del Presidente fue una inspiración, y tan raro como pueda parecer en la superficie, realmente no es tan extraño. Después de todo, también fue una historia de la vida real, que tenía todo el suspenso, la emoción y el sentido de ver a alguien golpear al sistema para lograr una gran película. Moneyball es una gran película.