El legado musical de R.E.M.: de la radio universitaria a su último álbum
Cuando R.E.M. se formó en 1980 en Athens, Georgia, no había internet, ni descargas, ni grunge. Si escuchabas música pop, había tres opciones: los éxitos que descendían enseguida en la lista de los Top 40, el rock comercial de las emisoras de FM y la entonces llamada radio universitaria, un cajón que reunía punk, new wave, electrónica, low-fi y la música excéntrica que casi nunca llegaba a la corriente principal.
R.E.M. ayudó a cambiar todo eso. Pero ellos no fueron los únicos: los art-punks de Nueva York de finales de los 70, Talking Heads y Blondie, habían llegado al Top 40, y sus compañeros de Athens B-52 habían logrado seguidores a nivel nacional con sus celebraciones "abajo las fiestas/arriba los raves".
Pero fue R.E.M. quien, en palabras de Stephen Thomas Erlewine de Allmusic.com, “transformó el underground americano”. Si, en los años 60, los adolescentes se reunían en los garajes de sus padres con la esperanza de ser los siguientes Beatles, en los años 80, los jóvenes se agrupaban en los dormitorios con la esperanza de ser los próximos R.E.M.: melódicos, basados en la guitarra y decididos a no venderse a la multitud corporativa de la música.
“Ellos crearon los temas populares que nadie había hecho antes”, dijo Angie Carlson, exmiembro de la banda Let's Active, que estuvo de gira con R.E.M. a mediados de los años 80. “Ellos de algún modo se saltaron la gran comercialización, y estaban en los clubes haciendo relaciones con la gente interesante de las tiendas de discos”.
A raíz de R.E.M. apareció un gran número de artistas que convirtieron la radio universitaria en el hogar del rock basado en guitarra y el power pop: los Replacements, Jason and the Scorchers y los Del Fuegos, entre muchos otros. Años más tarde, surgió Nirvana. Kurt Cobain, de hecho, era un gran fanático de R.E.M.
Pero su historia ha terminado. “Para nuestros fans y amigos: Como R.E.M., y como amigos de toda la vida y coconspiradores, hemos decidido cerrar el ciclo como banda”, rezaba un mensaje publicado el miércoles en el sitio web del grupo. “Nos vamos con un gran sentido de gratitud, de culminación, y de asombro ante todo lo que hemos logrado. Para cualquiera que alguna vez se sintió tocado por nuestra música, nuestro más profundo agradecimiento por escucharnos”.
La banda no se ajusta con facilidad a las etiquetas. Su sonido temprano, dirigido por los arpegios de guitarra de Peter Buck, podría ser mejor descrito como folk-rock, y a partes iguales la armonía y gruñidos de punk. Junto a esto, estaba la voz aflautada del cantante Michael Stipe y, más distintivamente, sus letras resonantes y sin sentido, llenas de frases como: “Jaulas debajo de jaula” y “Escucha el aullido de la cuerda”. (PreInternet, un popular juego de mesa de música popular incluye descifrar letras de R.E.M.).
Y por debajo de Buck y Stipe, estaba la sólida sección rítmica del bajista Mike Mills y del baterista Bill Berry, llenando los espacios con melódicas líneas de bajo y potentes percusiones. R.E.M. puede haber tenido su florecimiento artístico, pero –en palabras de 'American Bandstand'– “tenía un buen ritmo que podías bailar”.
La banda se formó en un momento cuando el underground realmente significaba algo, dijo Carlson, ahora de Figure Eight Publicity.
“No podías comerciar (música) en internet. Tenías que conocer a alguien o tenías que ir al club”, dijo. “Y esa es la otra razón por la que una banda como esa fue capaz de prosperar: la gente iba a ver música en vivo.
“Y había un ambiente fresco en persona. Eran inteligentes, eran divertidos, eran carismáticos. Todos eso ponía su parte”.
Por otra parte, la banda trabajó duro proporcionando un modelo a seguir por otros. En los años 80, comenzando con el EP de 1982 Chronic Town, produjo un nuevo disco casi todos los años, cada uno seguido por una gira sin fin en teatros y clubes.
“Nadie quería interpretar en el tipo de bares que nos presentábamos”, recuerda Berry en Party Out of Bounds, la crónica de Rodger Lyle Brown acerca de la escena musical de Athens. “Sólo por ser una banda de fuera de la ciudad interpretando este nuevo tipo de música, ya eran estrellas”.
Tenían una conexión personal con sus fanáticos; después de todo, Buck fue un empleado de tienda de discos alguna vez, y tenía una profunda apreciación de la historia musical. Tras décadas, han mantenido sus vínculos con Athens. Su oficina de gestión se encuentra todavía en esa ciudad.
Con cada álbum, el sonido de la banda se hacía más profundo y más amplio, desarrollando conceptos básicos en Murmur –el álbum del año de 1983 según Rolling Stone– y Reckoning, explorando el folk en Fables of Reconstruction, y volviendo a sus raíces en Lifes Rich Pageant de 1986.
R.E.M. finalmente se abrió paso al éxito de la corriente principal en 1987 con Document, que contuvo el primer éxito en el Top 10 de la banda, The One I Love, así como la favorita del radio It's the End of the World as We Know It (And I Feel Fine).
Document cambió las cosas para la banda y para su público. Con su éxito se produjo un importante acuerdo de disquera con Warner Bros. y un cambio de sedes desde los teatros hacia los estadios.
“Es raro ser una figura mediática, ser reconocidos en todas partes por alguien”, dijo Stipe a Rolling Stone en 1992.
Los miembros de R.E.M. siempre parecía conscientes de su estatus y se esforzaban en mantenerse fiel a su musa.
“Ése sería mi mayor temor, que nos convirtamos en una de esas bandas tontas que entran en su segunda década y no saben lo malos que son y no saben cuándo renunciar”, dijo Stipe a Rolling Stone.
A pesar de las preocupaciones de muchos fanáticos –quienes, como un artículo de Slate de 2003 observó, han afirmando el declive de la banda desde 1984– los primeros álbumes de los 90 incluyeron algunos de los mejores trabajos de R.E.M. Out of Time (1991) ofreció una de las mejores canciones de la banda, Losing My Religion, el famoso DJ independienteVin Scelsa quedó tan cautivado con la canción que la reprodujo repetidamente durante un programa de radio.
Tal vez lo mejor de esa época –y, para algunos, definitivamente el mejor álbum de la banda– fue Automatic for the People de 1992, que tocó todas las notas correctas: sombrío (Drive), humorístico (The Sidewinder Sleeps Tonight), enojado ("Ignoreland ) y optimista (Everybody Hurts). La banda incluso se las arregló para introducir la palabra F*** en Star Me Kitten, su imitación de I'm not in Love de 10cc.
Pero el resto de los 90 fue difícil. Con la venta de millones de álbumes y giras gigantescas, corrían el riesgo de convertirse en lo que los fanáticos temían: un gigante corporativo. Más dramáticamente, el baterista Berry sufrió un aneurisma cerebral que amenazó su vida mientras estaba de gira en 1995. Dejó el grupo en 1997, para convertirse en un granjero en Watkinsville, Georgia, al sur de Athens.
La banda continuó, pero no fue la misma. Sus álbumes, como Up (1998) y Reveal (2001), fueron una mezcla heterogénea.
“No es tan malo como parece en primer lugar, pero tampoco tan bueno como ellos pensaban cuando lo lanzaron”, dijo el crítico Robert Christgau acerca de Reveal.
Hicieron giras, dentro y fuera de Estados Unidos. Buck estuvo con la banda de su amigo Scott McCaughey, Minus 5. El alboroto pasó. Las esperanzas se elevaron con el lanzamiento más reciente de la banda, Collapse Into Now
“Canción por canción, lo mejor que hemos hecho”, dijo Buck a Rolling Stone a principios de este año. “Nos sorprendimos a nosotros mismos con este disco. Estamos todos muy contentos con él”, dijo Stipe en una entrevista en junio con CNN.
Sin embargo, el álbum fue también el final de algo: el disco final en su actual acuerdo con Warner Bros. Era hora de que el círculo se cerrara. “Nos dimos cuenta de que estas canciones parecen poner un punto final natural a los últimos 31 años de nuestro trabajo juntos”, dijo Stipe a CNN.
Tal vez eso es suficiente. “Puedes hablar con cualquier banda. Todos tienen una deuda con ellos, de alguna manera”, dijo Carlson.
Después de todo, como la banda cantaba en Talk About the Passion, (“No todos puede llevar encima el peso del mundo”) “Not everyone can carry the weight of the world”.