El rastro del arte del Renacimiento en la banca moderna
Si del Renacimiento se trata, pocos de nosotros compararíamos los frutos culturales de ese periodo con el nacimiento del sistema bancario moderno.
Pero una nueva exhibición en Florencia muestra cómo los periodos están interconectados.
La exposición Dinero y Belleza: Banqueros, Botticelli y la Hoguera de las Vanidades, en el Palazzo Strozzi, revela cómo las famosas familias florentinas hicieron fortuna y cómo utilizaron su riqueza para encargar obras a los artistas más reconocidos del mundo.
De acuerdo con el director general del Palazzo, James Bradburne, la idea de la exposición surgió en 2006, pero pasaron dos años más para consolidarse como una exploración particular de la historia de la ciudad.
"En septiembre de 2008 hablamos sobre el desarrollo de la exhibición y Lehman Brothers se declaró en quiebra, lo que hizo que toda la idea fuera muy oportuna", dice Bradburne.
La trayectoria de la exposición adopta el nacimiento del banco de Medici y su uso de los relativamente nuevos sistemas financieros.
Ésta incluye cartas de intercambio —un tipo ingenioso de préstamo para esquivar las leyes de usura en el cambio de monedas extranjeras y generar ganancias con el intercambio, en lugar de tasas de interés— hasta su colapso, a fines del siglo 15.
La exhibición también contiene pinturas de Sandro Botticelli, cercano a los Medici, así como obras del pintor holandés Marinus van Reymerswaele, sobre la nueva clase mercantil y sus actividades.
Y el oro —desde monedas hasta aureolas doradas en representaciones de la Sagrada Familia— es un tema y un material dominante.
La exposición está a cargo del escritor inglés Tim Parks, autor de Medici Money: Banking, Metaphysics and Art in Fifteenth Century Florence (Dinero de Medici: Banca, Metafísica, Arte y el Siglo 15 en Florencia), y Ludovica Sebregondi, historiadora de arte italiano y autora de Iconography of Girolamo Savonarola, 1495 -1998 (Iconografía de Girolamo Savonarola , 1495 -1998).
Ambos muestran cómo los banqueros, preocupados de que sus actividades contravinieran sus creencias religiosas, invirtieron en iglesias y encargaron pinturas de devoción que por lo general los incluían.
"Los banqueros nunca tuvieron certeza sobre si (la carta de intercambio) era usura o no, muchos teólogos dicen que sí lo era, y muchos otros dicen que no", explica Parks.
"Así que tienes una situación donde estos banqueros, quienes generalmente eran hombres muy devotos, hacían gestos penitenciales para la iglesia, por si acaso", comenta.
La influencia de su nueva riqueza, detalla Parks, es evidente en las pinturas de la Sagrada Familia, donde la Virgen es representada con lujosos vestidos florentinos y en las que artistas utilizaron grandes cantidades de oro.
"Se podría decir que algunos de estos gestos eran simple penitencia, pero el banquero se dio cuenta de que al darles dinero, él también podía definir la imagen de lo que se producía con su dinero, y por supuesto, instintivamente —consciente o no— busca cambiar la actitud hacia el dinero", explica el escritor. "Es decir, comenzó a usar la imagen para disminuir la resistencia hacia el dinero".
Había temor hacia el dinero, dice, no sólo porque el cristianismo abrazaba la pobreza, sino que permitía la movilidad social y debilitaba las jerarquías medievales establecidas. Aún así, por algunos años, los Medici estuvieron a cargo de las finanzas papales.
Y los artistas, dice Parks, a menudo estaban contentos de hacerlo, para asegurar su prosperidad económica.
Sebregondi, en tanto, no cree que las obras de arte por encargo hablen necesariamente del cinismo por parte de los clientes y de los artistas.
"Los clientes querían obras de arte para resaltar su riqueza y su poder, pero el aspecto de la belleza les permitía ‘purificar’ su dinero, para quitarle la vulgaridad y la sensación de pecado con la que siempre se le asociaba", dice.
A pesar de sus esfuerzos, hubo una reacción en contra, personificada por el predicador Girolamo Savonarola a finales del siglo 15, quien arremetió en contra de la vida lujosa de los ricos y alentó a los artistas como Botticelli a tirar sus obras a la "hoguera de las vanidades".
La exposición termina con una sección dedicada a Savonarola e incluye las últimas y turbulentas punturas de Botticelli, de quien Sebergondi cree estaba atormentado por la "angustia emocional".
Fueron años tumultuosos, dice Bradburne, con algunos reflejos en nuestra situación actual.
"No es coincidencia, más antes que ahora, que la riqueza y que la inversión en ciertos tipos de expresión de la misma estén relacionados", dice.
"Uno podría decir que (el dinero de los banqueros) básicamente financió el Renacimiento", concluye Sebregondi.