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El legendario comentarista de '60 minutes', Andy Rooney, muere a los 92

El presentador, conocido como el 'Rey de los gruñones', hacía comentarios mordaces sobre temas triviales al final del programa
sáb 05 noviembre 2011 08:27 AM
Andy
Andy Andy

El legendario comentarista Andy Rooney, conocido por millones por sus comentarios mordaces sobre temas triviales en el programa 60 minutes, murió este viernes por la noche en la ciudad de Nueva York, a los 92 años.

Rooney había sido hospitalizado después de sufrir complicaciones por una cirugía menor a la que se sometió el mes pasado.

"Es un día triste en el programa 60 minutes y para todo el personal de CBS News", dijo Jeff Fager, presidente de CBS News y productor ejecutivo de la emisión. "Es difícil pensar que ya no estará Andy por aquí. Amaba su vida y la vivió a su manera. Lo vamos a extrañar mucho".

Rooney comenzó su carrera periodística como redactor en el Ejército de Estados Unidos. Después pasó casi seis décadas en la cadena CBS, la mitad de ellas detrás de las cámaras, como guionista y productor, y después, en 1978, como comentarista al aire, cuando pasó a formar parte del programa 60 minutes.

El Rey de los Gruñones

Sus comentarios al final del programa 60 minutes le hicieron ganar el apodo de Rey de los Gruñones.

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Sobre la búsqueda de un empleo, dijo: “Necesitamos personas que de verdad puedan hacer cosas. Tenemos demasiados jefes y muy pocos trabajadores. Más graduados universitarios deberían convertirse en plomeros o electricistas, después ir a casa por la noche y leer a Shakespeare”.  

Sobre sus cejas espesas comentó: “Intento verme bien. Peino mi cabello, ato mi corbata, me pongo una chamarra, pero pongo límites cuando se trata de recortar mis cejas. Se hace lo que se puede”.

Sobre la campaña militar de “choque y temor” que inició la guerra en Irak del 2003, utilizó  la frase: “nos hacen ver como unos tontos fanfarrones”.

Se consideraba a sí mismo como una persona común y quería conservarse de esa manera.

“Parte de mi éxito es lo promedio que soy”, comentó alguna vez. Soy un hombre muy ordinario. No me pasa el ir caminando por la calle y que alguien me reconozca, y me enfada cuando lo hacen”.

Portaba su posición de gruñón como un uniforme, dijo la CBS en un comunicado emitido este sábado. 

“Sus disertaciones tocaron una fibra sensible en los televidentes, al señalar verdades que no se decían sobre la vida  y con mayor frecuencia quejándose  de sus mentiras imperceptibles”, dijo el comunicado.

Aunque el excorresponsal de CBS, Bob Arnot, comentó que parte de la reputación de Rooney era una actuación, lo recuerda como el Tío Andy.

“Lo interesante de Andy es que fingía ser este gruñón pero en verdad no lo era”, dijo Arnot. “Tenía esta clase de vociferaciones, pero él era la persona más buena y agradable que se puedan imaginar”.

Les Moonves, presidente y CEO de CBS Corporation, llamó a Rooney un ícono.

“Las palabras no pueden expresar de forma adecuada la contribución de Andy al mundo del periodismo y los impactos que tuvo —como colega y amigo— sobre cada uno aquí en la CBS”, dijo Moonves. “Su ingenio irónico, su habilidad única para capturar la esencia de cualquier tema, y su gran personalidad lo convirtieron en un ícono, no sólo dentro de la industria, sino también entre los lectores y televidentes en el mundo”.

Rooney nació en Albania, Nueva York, el 14 de enero de 1919. Asistió a la Universidad de Colgate hasta que fue llamado a las filas del Ejército, en 1941, y empezó a escribir para “Stars and Stripes”.

Ganó una condecoración Estrella de Bronce por su reporte de la batalla de Saint-Lo, en Francia.

Ingresó a la CBS en 1949, como redactor para el programa de entretenimiento televisivo y radiofónico de Arthur Godfrey. Después colaboró, entre 1962 y 1968, en una serie de trabajos con su amigo, y después conductor, Harry Reasoner.

En su larga carrera, se hizo acreedor a seis premios del Gremio de Escritores de Estados Unidos, uno más Peabody y otros cuatro Emmy, dos de los cuales fueron por sus comentarios al final del programa 60 minutes.

En 1990 fue suspendido de su trabajo durante tres meses sin paga por comentarios hechos en el periódico The Advocate, mismos que ofendieron a personas de piel negra y homosexuales; en el primer caso negó los comentarios y en el segundo se disculpó. Se reincorporó a sus labores después de 24 días.

En el 2004, otra vez fue víctima de la controversia cuando en 60 Minutes llamó al actor Mel Gibson y al reverendo Pat Robertson “wackos (locos)”.

Recibió más de 30,000 cartas y correos electrónicos por sus comentarios.

Rooney anunció el 2 de octubre de 2011, en su comentario número 1,097 para 60 Minutes que ya no se presentaría con regularidad y vertió su último comentario, a manera de rúbrica.

“Hace poco compré esta nueva laptop para utilizarla cuando viajo”, dijo. “Sin embargo, miren. Cabe bien en el maletín. Pesa menos de tres libras. Pierdo  demasiado enfadándome en los puntos de seguridad en el aeropuerto en espera de abordar el avión”.

La esposa de Rooney,  Marguerite, murió en el 2004 a los 62 años. Le sobreviven sus cuatro hijos: Ellen Rooney, fotógrafa; Brian Rooney, corresponsal en ABC News; Emily Rooney, anfitriona de un programa de TV en Boston, y Martha Fishel, jefa de la división de servicios públicos de la Biblioteca Nacional de Medicina de EU. Rooney dejó cinco nietos y dos bisnietos.

Los servicios funerarios serán privados, dijo el comunicado de la CBS. Un servicio conmemorativo será anunciado en una fecha próxima.

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