Decodificando los mensajes ocultos del arte occidental
El Código Da Vinci, de Dan Brown, animó a los 'simbologistas' amateur de todo el mundo a analizar sus pinturas favoritas en busca de códigos secretos; pero la práctica se ha realizado durante siglos.
Desde las inescrutables pinturas rupestres prehistóricas dentro de las cuevas de Chauvet en el sur de Francia, hasta las pinturas abstractas de Jackson Pollock, los artistas han mantenido en secreto sus intenciones y el significado de su trabajo.
Las pinturas turbias incluyen la famosa obra de 1545 de Bronzino, Una Alegoría con Venus y Cupido, que contiene figuras alegóricas que incluso los eruditos no son capaces de descifrar.
Sin embargo, los historiadores suelen descubrir imágenes, símbolos y textos ocultos en las obras de arte.
Treasures de CNN World selecciona ejemplos de tales descubrimientos, algunos de renombre y otros extravagantes.
Vigésima Escena de la Vida de San Francisco, Giotto di Bondone
El ejemplo más reciente es el descubrimiento de un perfil del diablo, oculto en este fresco del siglo 13 hecho por el artista italiano Giotto di Bondone en la basílica de San Francisco en Asís.
La historiadora de arte italiano Chiara Frugoni descubrió el diablo de nariz aguileña que sonríe oculto en los remolinos de una nube.
Ella cree que se refiere a la creencia medieval de que los demonios aparecían en las nubes para detener el ascenso del alma hacia el cielo.
Mona Lisa, de Leonardo da Vinci
La pintura de Leonardo da Vinci de una mujer de enigmática sonrisa ha sido una fuente de intriga desde hace años.
En 2010, el presidente del Comité Nacional para el Patrimonio Cultural de Italia, Silvano Vinceti, estaba convencido de que había descubierto letras y números incrustados en los ojos del retrato, que encontró después de ampliarlo digitalmente.
Inicialmente, el descubrimiento de Vinceti de las letras L y V fue tomado como una prueba de la muy gastada teoría de que la Mona Lisa es en realidad un retrato del mismo da Vinci .
Vinceti luego llegó a la conclusión de que era una pintura de uno de los socios masculinos de Da Vinci, aunque otros historiadores de arte se han apresurado a desacreditar esa idea.
Batalla de Marciano, Giorgio Vasari
Se cree que este fresco en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia guarda la clave para hallar una obra perdida de Leonardo da Vinci desde hace mucho tiempo.
El experto en diagnóstico de arte Maurizio Seracini está convencido de que el fresco de Da Vinci La Batalla de Anghiari se encuentra detrás de La Batalla de Marciano.
El escritor y pintor Vasari, un gran admirador de Leonardo da Vinci, escribió que este artista había comenzado a trabajar en el fresco, pero lo abandonó a mitad del camino debido a problemas técnicos.
En una pequeña bandera verde pintada en el fresco de Vasari se encuentran las palabras “Cerca, trova”; en español, “Buscad y hallaréis”.
Seracini espera utilizar técnicas forenses para llegar detrás del fresco de Vasari y ver si La Batalla de Anghiari realmente está detrás de él.
Capilla Sixtina, de Miguel Ángel
La sublime Capilla Sixtina de Miguel Ángel en el Vaticano, en Roma, recibió una restauración y limpieza profunda hacia el final del siglo XX, mostrando esta obra maestra del Renacimiento en todo su colorido y complejo esplendor.
Pero de acuerdo con Roy Doliner, coautor del libro The Sistine Secrets: Michelangelo's Forbidden Messages in the Heart of the Vatican, la restauración también reveló algunas sediciosas comunicaciones previamente inadvertidas.
Uno de los descubrimientos fue de una pintura de un joven judío, Aminadab, que usa en su ropa el signo de persecución prevaleciente en ese momento en Italia, y que al parecer hace un gesto grosero con la mano directamente hacia donde se ubicaría el trono del Papa.
Otro descubrimiento fue el de dos judíos en el círculo de los elegidos en el imponente Juicio Final; “una blasfemia total para el año 1500”, de acuerdo con Doliner.
Él cree que Miguel Ángel estaba predicando secretamente ideas de aceptación en una época de intolerancia religiosa.
La última cena, Leonardo da Vinci
Una de las teorías más extravagantes acerca de esta obra (que aparece como la pista central en la trama de El Código Da Vinci ) es que la composición ondulante de las manos de los discípulos y los bollos de pan en la mesa corresponden a notas musicales en un pentagrama.
Al unirse, la melodía supuestamente se asemeja a un réquiem: una canción para los muertos.
Leonardo era un músico talentoso, además de sus otros grandes talentos, así que tal vez un cuadro musical no estaría del todo fuera de la cuestión.
La cena de Emaús, Caravaggio
El cuadro de 1601 de Caravaggio La cena de Emaús puede no tener un mensaje oculto que conozcamos, pero sí contiene sutiles símbolos que aluden a la identidad de un misterioso hombre sin barba sentado a la mesa.
Un dato importante es la sombra de una cola de pez saliendo del frutero, mágicamente flotando en el borde de la mesa, un signo visible de que el hombre en la mesa es Cristo, el pescador de hombres.
Otro es la forma en que todas las líneas, como las de La Última Cena, apuntan al hombre sin barba en la cabecera de la mesa; que sería Cristo encubierto.