El audaz robo de pinturas de un artista checo 'desconocido'

Puede ser uno de los pintores con más demanda del que nunca escuchaste, pero el nombre de Emil Filla pasea por las salas de redacción y en los registros internacionales de arte perdido después del audaz robo de sus obras de una colección en la República Checa.
El 18 de noviembre robaron cuatro pinturas al óleo del artista cubista checo, quien vivió de 1882 a 1953, de la colección en un castillo en Peruc, al noroeste de Praga.
Las obras, que datan de la década de los 20 hasta la década de los 40, se estima que tienen un valor entre los 50 y 80 millones de coronas checas (aproximadamente entre 2.6 y 4.2 millones de dólares), de acuerdo con el periódico Art Newspaper.
Un portavoz de Art Loss Register, una base de datos internacional de obras de arte y antigüedades robadas y perdidas, confirmó que las obras todavía estaban registradas como robadas.
Chris Marinello, director ejecutivo y asesor general de Art Loss Register, dijo que si alguno de esos cuadros se ofrecieran a las casas de subastas suscritas al registro, les notificarían de inmediato.
“O se recuperan relativamente rápido o pasarán a la clandestinidad y no resurgirán durante años”, dijo.
El robo se presentó por el creciente interés en la República Checa y en el extranjero por las obras de Filla.
En noviembre, una pintura del artista que data de 1911 y con el título de Utesitel (Confortador en español) se vendió en una subasta en Praga en 12 millones de coronas checas (aproximadamente 640,000 dólares), de acuerdo con la Galerie Art Praha que realizó la subasta.
Un portavoz de la galería le dijo a CNN que Filla es sin lugar a dudas una “figura importante” de la pintura europea de vanguardia, y se exhibió en toda Europa e incluso en Estados Unidos entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, pero que no tuvo mucha exposición en los últimos 50 años.
De acuerdo con el historiador de arte checo Vojtech Lahoda, todo eso cambió.
“A pesar de que hay más coleccionistas de Filla en la República Checa y en Eslovaquia, cada vez hay más coleccionistas extranjeros (interesados en su obra)”, dijo.
La razón puede ser por sus famosos contemporáneos, Pablo Picasso , Georges Braque y Guillaume Apollinaire, a quien Filla conoció cuando vivió en París antes de la Primera Guerra Mundial y quienes lo inspiraron a adoptar el estilo cubista.
De acuerdo con Lahoda, su obra presenta “la otra cara del cubismo, algo que es muy similar (al cubismo francés), pero a la vez es diferente”, y por lo tanto la creciente demanda de los coleccionistas por las obras de ese estilo y periodo.
“Es muy difícil comprar obras cubistas originales de Picasso y de Braque de la década de 1910, pero todavía puedes comprar obras de Filla de esos años”, dijo.
A pesar de que no puede afirmarse que el robo de las pinturas de Filla de la colección en Peruc se relaciona con el reciente aumento en su popularidad, Lahoda cree que pudo ser un atraco oportunista, y que los ladrones aprovecharon la limitada seguridad de la colección.
“El caso de Peruc es muy extraño, porque las pinturas que se robaron son conocidas, se publicaron en catálogos y en revistas, así que yo diría que no se pueden vender públicamente”, dijo, haciendo eco del temor de Marinello de que pasen a la clandestinidad.
Actualmente las obras del artista se exhiben como parte de la exposición de modernismo checo en la Galería de Artes Visuales en Ostrava, República Checa, con el título Soles Negros: El lado opuesto de la modernidad 1927-1945.
“Si quieres una buena colección de arte moderno checo de la década de los 20 y de los 30, no te puedes perder (a Filla)”, dijo Lahoda.