Luiz Ruffato y la felicidad de escribir en un infierno provisional
El paso del escritor brasileño Luiz Ruffato por territorio mexicano en noviembre pasado tuvo como expectativa principal encontrarse con nuevas formas de narrar la realidad y una oportunidad para entablar un diálogo entre la literatura de su país y la mexicana.
En la tierra donde nació uno de sus autores favoritos, Juan Rulfo, Ruffato revivió su gusto por esa narrativa con la que el escritor jalisciense dibujaba los paisajes rurales del México revolucionario, provinciano, detallando una realidad a veces cruda.
De un modo similar, Ruffato retrata la clase proletaria brasileña en un escenario lleno de personajes que no tienen biografía, insertos en comunidades en los que vivir podría suponer un “infierno” en la Tierra.
Una de las características de la obra de Ruffato es que sus historias van más allá de la ficción, pues parten de vivencias personales, ya que a diferencia de gran parte de los escritores en Brasil, él proviene de una familia de clase proletaria.
“Yo creo que la literatura tiene que tener verdad, si uno como escritor no sufre la situación del personaje, el lector no sufrirá porque no será verdadero. Para mi es una vivencia muy personal, muy difícil, son vivencias que quiero ofrecer al lector para que ellos lo sientan también, y sirvan para preguntarse si queremos seguir manteniendo esta situación o hay que cambiarla”, dijo a CNNMéxico Ruffato quien estuvo presente en la pasada edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Esos trazos de realidad están presentes en su serie El infierno provisorio, en cuya primera entrega Mamma son tanto felice Ruffato aborda ese aspecto de su vida dentro de una comunidad de inmigrantes italianos radicados en Brasil.
Al igual que en el pueblo ficticio de Comala, la obra de Ruffato recrea distintos relatos fragmentados que se suceden en un mismo escenario. Sin embargo, la vida de sus personajes en Mamma son tanto felice motivan a la reflexión de una problemática global como es la inmigración y sus efectos en los lazos familiares.
“Mi gran preocupación literaria y como ciudadano también es qué nación estamos construyendo (…) a mi me encanta discutir al respecto de cómo los traumas de la inmigración afectan a las personas (…) El sufrimiento que se dan dentro de las casas con los rompimientos de los lazos familiares, las frustraciones con respecto a las perspectivas de mejoría de vida, escuchar cómo las cuestiones externan terminan destruyendo o comprometiendo las cuestiones internas personales”, explicó Ruffato, hijo de migrantes italianos.
Dentro de estos “choques” que experimentan sus personajes a partir del fenómeno de la inmigración, está el reflejo de la violencia urbana que da ambiente a su "infierno".
Sin embargo, el ganador del premio Machado 2011, aseguró que el título “infernal” de la serie es “una visión positiva” al señalar que se trata de un estado provisional del que se guarda una clara esperanza para salir.
En Mamma son tanto felice, que en México publica Elphas, nos remite a la palabra felicidad, un estado que no disfrutan del todo los personajes.
“La vida (de mis personajes) es muy difícil", y explicó que "aunque no padecen hambre, tienen necesidad de cosas materiales, viven en lugares pequeños, con poco espacio, entre gente de todos los lugares”.
“Lo que narro en los cinco volúmenes del Infierno me gustaría que fueran provisorios, porque yo como ciudadano quiero que no pasen más, que no sea más infierno, que sea una cosa más buena”.