Impactante asesinato de un gay por honor inspira una película
En el idioma turco coloquial, la palabra zenne significa bailarín de vientre. También es el título de una nueva película que explora la identidad sexual y al mismo tiempo también destaca un caso de muerte por homofobia en Turquía, en esta época.
“El punto inicial fue un querido amigo de nosotros a quien su propio padre asesinó en 2008 por ser homosexual”, dice Mehmet Binay, productor y codirector de Zenne, que se estrenó en los cines de Turquía a inicios de enero.
Binay se refiere al homicidio en 2008 de Ahmet Yildiz, un estudiante de física de 26 años que murió a tiros en Estambul.
Los registros del tribunal identifican al padre de Yildiz, Yahya, como el principal sospechoso del asesinato. El motivo del padre, según la copia de los cargos, fue que “no aceptaba que la víctima tuviera una relación homosexual”.
A más de tres años del homicidio, el padre de Yildiz todavía es un fugitivo buscado por la policía turca.
Desde entonces se refieren ampliamente a esa muerte como el primer asesinato de un homosexual por honor.
Uno de los personajes principales de Zenne está basado en Ahmet Yildiz, y en su trágica historia.
Caner Alper, el escritor y también codirector de Zenne, también era amigo de Yildiz. Apler dijo que antes de su muerte, la víctima siempre decía que su familia lo amenazaba de muerte y que intentaban “curarlo” de su homosexualidad.
Los documentos de la corte muestran que Yildiz informó sobre estas amenazas de muerte a las autoridades turcas.
En una entrevista con CNN, los cineastas dijeron que esperaban que la película obligara a la sociedad turca a debatir los crímenes de odio que tienen como blanco víctimas con base en su género, religión, origen étnico o identidad sexual.
“La muerte y el homicidio todavía están en la agenda de nuestro país. No podemos deshacernos de esta mentalidad”, dice Binay. “La gente necesita tolerarse entre sí. Necesitan entender las distintas identidades que pueden vivir junto a los demás sin molestarse unos a otros”.
Binay y Alper no sólo son socios creativos. Poco antes de su debut como directores en el Antalaya Golden Orange Film Festival, el festival cinematográfico más prestigiado de Turquía, los dos hombres anunciaron que eran pareja desde hace 14 años. Alper dice que sus familias los aconsejaron no hacerlo público.
“Pensaron que sería un suicidio para nuestras carreras”, dice. “Hasta que ganamos cinco premios en el primer festival al que asistimos”.
A pesar de los recientes elogios de la crítica, los cineastas están de acuerdo que Turquía todavía tiene un largo camino por recorrer para superar la profundamente arraigada homofobia institucional.
De acuerdo con el artículo 17 de los reglamentos de salud de las Fuerzas Armadas de Turquía, la homosexualidad se considera como una “desviación psicológica y sexual”.
Todos los hombres turcos tienen que realizar el servicio militar. Pero pueden eximir a los homosexuales de la obligación como conscriptos siempre y cuando comprueben su homosexualidad.
Zenne retrata los procesos degradantes que soportan sus personajes principales en un centro de reclutamiento del ejército.
En la película, los médicos militares realizan exámenes anales y gritan insultos homófobos a los conscriptos. También demandan fotografías de los personajes sosteniendo relaciones sexuales con otros hombres.
Los activistas de los derechos de los homosexuales dicen que el ejército siempre ha exigido evidencia en fotografías o video de los hombres que solicitan ser eximidos de las obligaciones militares.
“En la fotografía y en el video debes mostrar tu figura y tu rostro. Tu cara tiene que identificarse claramente y otro hombre tiene que ser penetrado”, dice Kursad Kahramanoglu, quien enseña Derecho Internacional y Sexualidad Humana en la Universidad Bilgi de Estambul.
CNN le solicitó al Ministerio de Defensa turco un comentario sobre las afirmaciones de los grupos de derechos de los homosexuales de que es una política no escrita del ejército que se practica desde hace mucho tiempo.
“La práctica de pedir evidencia en fotografías o video está fuera de discusión”, respondió un portavoz del Ministerio de Defensa, hablando bajo la condición de anonimato, una práctica muy común en la burocracia del gobierno turco. “No puedo confirmar que definitivamente no pasa, pero no tenemos la información de que ese tipo de cosas suceden”, agregó.
El portavoz dijo que la política actual es que los conscriptos comprueben su homosexualidad con el informe de un médico de un hospital privado o militar. “La evaluación se hace con base en el informe médico”, dice.
Hace menos de dos años, un importante ministro del gobierno turco fue citado en una entrevista diciendo que la homosexualidad era “una enfermedad (…) que debe ser atendida”.
Este tipo de declaraciones no han detenido a los miembros de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transgénero (LGBT) a demandar igualdad de derechos.
Miles marcharon en el desfile del orgullo gay por el centro de Estambul en julio pasado.
Algunos activistas llevaban pósteres grandes de Ahmet Yildiz con el lema “atrapen al asesino”. Entre los que marchaban se encontraba el exnovio de Yildiz, Ibrahim Cain.
“Lucho por los derechos de mi amante y por el de todos los homosexuales y lesbianas y transexuales en el mundo y en Turquía. Y quiero que el Gobierno turco cambie su actitud homófoba en Turquía”, dijo Can en una entrevista con CNN.
Los activistas de la comunidad LGBT presionan al gobierno turco para que realice una enmienda constitucional para proteger los derechos de los turcos en los temas de género y de identidad sexual. La Constitución de Turquía actualmente está en un largo proceso para ser reescrita.
Mientras tanto, Binay señala lo que él llama un progreso notable para los derechos de las minorías en Turquía durante la última década. Dice: “todo tipo de minorías, incluyendo a los gays y lesbianas están demandando sus derechos. Quieren reconocimiento, quieren protección del Estado. Primero que nada quieren poder vivir y no ser asesinados”.