Presentan una exposición de las pinturas de Winston Churchill en Londres
Dirigió a Gran Bretaña a través de los peligros de la Segunda Guerra Mundial y es reconocido como uno de los estadistas más importantes del siglo 20 .
Sin embargo, lejos del mundo de la política, Winston Churchill era también un pintor ávido, atraído por las escenas de casas señoriales en Reino Unido, campos pintorescos de Francia y vibrantes paisajes marroquíes.
A pesar de que siempre se consideró un aficionado, era hábil para detectar el talento en los demás.
Ahora, por primera vez, las pinturas de Marrakech, Marruecos, realizadas por Churchill, serán exhibidas junto con las del artista marroquí Hassan el Glaoui, quien durante toda su vida atribuyó a Churchill haber convencido a su padre —el bajá de Marrakech— de que le permitiera cumplir su sueño de convertirse en pintor.
“El bajá de Marrakech era un personaje bastante temible y tenía una gran influencia política y una gran riqueza, y la idea de que su hijo se convirtiera en pintor claramente no habría llegado naturalmente a él”, dijo Daniel Robbins, curador de la exposición Meetings in Marraketch en el Leighton House Museum de Londres .
En 1943, el bajá mostró a Churchill, quien estaba de visita, algunas pinturas de su hijo y le pidió su opinión.
Churchill las aprobó y al joven Hassan se le permitió posteriormente formarse como pintor en París.
“No había mucha gente a quien el bajá escuchara pero si Churchill decía que estaba bien ser pintor, él podía entender ese deseo”, dijo Robbins.
La carrera de Hassan el Glaoui despegó y desde entonces ha expuesto su obra en Europa y Estados Unidos, así como en Marruecos.
En una venta de la casa de subastas Christie en París en 2007, un cuadro de El Glaoui se vendió por 42,000 euros (54,000 dólares).
Aunque El Glaoui nunca fue capaz de conocer y agradecer a Churchill, la exposición en el Leighton House Museum —que fue propuesta por primera vez por la hija del artista— es una reunión tardía entre los dos pintores.
La nieta de Churchill, Celia Sandys, quien ayudó a organizar la exposición, no estaba consciente del papel que su abuelo jugó en la carrera artística de El Glaoui, pero dijo que estaba “encantada de escucharlo”.
Después de todo, Churchill tenía un gran afecto por Marruecos, dijo, y su única pintura durante la Segunda Guerra Mundial fue una vista de Marrakech, que pintó tras la Conferencia de Casablanca en 1943.
Después de la conferencia, Churchill insistió en que el presidente Franklin D. Roosevelt hiciera un viaje a Marrakech para ver la vista desde una torre en las afueras de la ciudad.
Después de que Roosevelt se marchó, Churchill pintó la misma escena y después se la dio como un regalo.
“La pintura era ciertamente muy importante (para Churchill), era lo que hoy llamaríamos un liberador del estrés”, dijo Sandys. “Era lo que amaba hacer más que nada”.
Las pinturas de Churchill ahora recaudan altas cifras —una pintura de su casa, Chartwell , fue vendida por 1 millón de libras (1.5 millones de dólares) en una subasta en la casa de subastas Sotheby en Londres en 2007—, pero cuando tomó por primera vez un pincel, tenía 40 años años de edad y estaba en un punto bajo en su vida.
Fue en 1915, durante la Primera Guerra Mundial, según Robbins, y Churchill acababa de renunciar como Primer Lord del Almirantazgo después de la desastrosa campaña en los Dardanelos.
“Alguien le sugirió que se dedicara a la pintura y él hizo un intento con las acuarelas de sus hijos”, dijo Robbins.
“Luego probó con el óleo y se enganchó con la pintura, y se convirtió en su principal forma de relajarse”, continuó.
Robbins admite que puede ser difícil separar los cuadros de la persona que los creó.
Sin embargo, dijo, “es sorprendente, sólo al colgar la exposición, lo bien que destacan sus pinturas”.
“(Las obras) merecen ser tomadas en serio y no solamente porque sean el producto de este gran estadista”, continuó.
Mettings in Marrakech: Las pinturas de Hassan el Glaoui y Winston Churchill se presentará en el Leighton House Museum, de Londres, hasta 31 de marzo de 2012.