El Museo del Prado recibe obras del Hermitage de San Petersburgo
En Europa existen dos destinos de arte muy importantes, llenos de tesoros acumulados durante siglos.
Ahora, el State Hermitage Museum en San Petersburgo está presentando un minimuseo en el interior del Museo del Prado en Madrid, presentando pinturas de Velázquez, Tiziano y Caravaggio, así como objetos antiguos de oro de Siberia.
El Hermitage en el Prado es la segunda parte de un intercambio de exhibiciones que permitieron al Museo del Prado exhibir objetos preciosos de su propia y extensa colección en el State Hermitage Museum en febrero de 2011.
Este intercambio inició como parte del Año Dual España-Rusia 2011, dedicado a promover y fortalecer los lazos económicos, políticos, culturales y científicos entre las dos naciones.
“Realmente fue el mejor espectáculo que jamás ha salido del Prado y reflejó la idea de nuestro museo, por así decirlo, anidado en el interior del de ellos”, dijo Gabriele Finaldi, directora adjunta del Museo del Prado y curadora de la exposición.
Ahora, unos 180 elementos de la colección de clase mundial del Hermitage están anidados dentro de las muchas galerías del museo del Prado, en un rango que va desde piezas arqueológicas hasta obras maestras modernas de Kazimir Malevich.
Pero ésta no es una exposición itinerante típica, dijo Finaldi.
“Hay que recordar que el Hermitage no ha sido visitado por muchos españoles y sigue estando muy lejos, y sigue siendo misterioso y exótico, y queríamos que el público experimentara algo de su naturaleza especial, que por supuesto es un palacio así como un museo”, dijo Finaldi.
Muebles especiales y adornos típicos del Hermitage, como jarrones de granito, fueron traídos para decorar las galerías para que luzca más como el museo ruso, cuya colección fue iniciada por la emperatriz Catalina la Grande.
“Con esta exposición, queremos contar la historia de nuestro museo y su colección y la historia de los zares”, aseguró en un comunicado en noviembre pasado Mikhail Piotrovsky, director del Hermitage.
Además de los objetos coleccionados por la voraz Catalina la Grande, hay objetos escitas de ornato hechos de oro de la colección del zar anterior, Pedro el Grande.
“Nunca antes había habido una exposición como ésta, de y acerca del Hermitage, en el extranjero”, añadió Piotrovsky.
Aparte de que ambos museos tienen colecciones de clase mundial, Finaldi destacó que tienen algo más en común: ambos tienen sus orígenes en colecciones de la realeza.
“Uno puede pensar en Catalina la Grande de Rusia y Carlos IV en España, quien coleccionó con verdadera pasión, porque estaban interesados de manera personal, pero también porque sabían que eso traería gloria a la monarquía y al país”, dijo Finaldi.
“También son los dos extremos de Europa, el Hermitage en el extremo superior y el Museo del Prado en el extremo inferior, por lo que son los dos extremos de Europa uniéndose, mostrando cosas que están en un nivel muy similar y en otro nivel muy diferente”, finalizó.