Scorsese retrata las contradicciones de su vida en la cinta 'Hugo'
Con su metro sesenta de estatura, cejas pobladas y 69 años de vida, el cineasta Martin Scorsese no puede ocultar el cansancio. Sin embargo, su reaparición con la película Hugo, le ha dado la oportunidad de recapitular su vida, señala la revista Life & Style.
Su carrera está compuesta de 22 películas, seis comerciales, 13 documentales y algunos videos musicales. Sin embargo, Hugo (La invención de Hugo Cabret), su nueva cinta, es un hito en su carrera y no sólo por estar dirigida al público infantil, sino porque de alguna manera recapitula la vida de Scorsese.
Con una frágil salud, Martin Scorsese tuvo una vida difícil en el barrio de la Pequeña Italia, en Nueva York. “Podías estar jugando en una caja de arena y algo caía desde el cielo; no una simple bolsa de basura: era el cadáver de un bebé”, dijo el director de cine sobre su infancia a la revista.
Pero su familia también lo introdujo rapidamente en el mundo del cine, al llevarlo de niño a ver cintas como Out of the Past, Duel in the Front o The Magic Box.
Y serían también las violentas calles de Nueva York las que le darían la inspiración para crear historias emblemáticas como Mean Streets o Taxi Driver.
A pesar del reconocimiento que obtuvo por varias de sus películas, pronto terminó la ilusión de la vida hollywoodense debido a sus adicciones.
“Si George Méliès, en Hugo (así sucedió también en la vida real), no es más que un juguetero que ha venido a la pobreza después de haber innovado en el mundo del cine durante más de una década, Scorsese, después de Taxi Driver, sucumbió ante su mayor fracaso personal y profesional: la drogadicción. En un principio Martin utilizaba la cocaína como herramienta creativa”, detalla la revista.
Al final, una complicación de coca de mala calidad y la desgraciada combinación con el asma y unas pastillas prescritas, provocaron un sangrado interno que casi termina con su vida. Fue entonces que decidió dar un giro a su existencia.
Elegir las batallas
“Por un largo tiempo, nuestras películas no eran reconocidas y no ganábamos dinero, lo cual, por supuesto, era un serio problema”, dijo a Life & Style Thelma Schoonmaker, la editora de cabecera de Scorsese.
Sus producciones de finales de las décadas de 1970 y 1980 se acercaron más al cine independiente, lo que lo arrastraron a la bancarrota. Para salir de apuros, tuvo que aceptar dirigir la cinta The Color of Money, que fue un éxito en la taquilla.
Pero el dinero que obtuvo lo destino a realizar La última tentación de Cristo, que a pesar de ser uno de sus proyectos más enraizados y reconocidos, lo drenaron económicamente. Su salida fue nuevamente incurrir en una producción comercial: Cape Fear.
El regreso de la solvencia económica de Scorsese le han permitido superar muchas de las limitaciones a las que cualquier director de cine se enfrenta.
Ahora –de acuerdo con Life & Style– su campo de acción está centrado en cuatro ejes: los documentales, a los que regresa cuando se satura de los largometrajes; la televisión, en donde incursiona como productor en Boardwalk Empire y en el nuevo proyecto de Terence Winter para HBO; el tercero es el cuidado del cine: fue fundador de la Film Foundation que ha restaurado más de 550 viejas películas; finalmente está su amor por el cine, que refleja en Hugo.
Este año, el cineasta compite por el premio Oscar en dos categorías: Mejor película y Mejor director. Ambas nominaciones las obtuvo por la película Hugo.
La ceremonia de los Premios de la Academia se celebrará el 26 de febrero en Los Ángeles, California.
“Hugo es un filme en el que el cine no copia más a la realidad: es el cine en el que rinde homenaje al cine”, explicó la revista.