Día Mundial del Teatro: una celebración a la complejidad humana
Hace 50 años el Instituto Internacional de Teatro de la Unesco decidió instaurar un día dedicado al arte de la dramaturgia, una disciplina que ha permitido a lo largo de los siglos reflexionar acerca de la existencia de la humanidad.
John Malkovich lo recordó la semana pasada, en su discurso a propósito de esta celebración, al recalcar la importancia de que esa reflexión "sea bendecida con el talento y el rigor para enseñarnos sobre el latir del corazón humano en toda su complejidad, y la humildad y la curiosidad para hacerlo el trabajo de tu vida".
Según Luz Emilia Aguilar, crítica teatral egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, vivir sin teatro sería algo parecido a "una sociedad cercenada de su imaginación, de su capacidad de generar universos imaginarios".
“Un mundo sin William Shakespeare, sin Samuel Beckett, sin Esquilo, sin Sófocles sería un mundo empobrecido para generar poesía y generar respuestas ante los retos de la imaginación”, dijo Aguilar en entrevista con CNNMéxico.
Esa es la razón principal por la cual se celebra al teatro, haciendo un "llamado de atención sobre el valor enorme que tiene para la sociedad y que no parece claro.
La crítica teatral aseguró que, al igual que los humanos necesitan de una geografía física para su existencia, también es fundamental una geografía imaginaria que permita afrontar los retos del presente, y eso es posible a través de las artes escénicas.
"El teatro, al igual que la pintura y la literatura, son detonadores fundamentales de la imaginación y de la capacidad de salir de las crisis, forman parte importantísima de la formación de la sociedad, porque es la capacidad de crear metáforas, de hacer lecturas complejas de la realidad, que necesitamos para enfrentar los retos que tiene la humanidad".
El no desarrollar la perspectiva comprometería el futuro y la supervivencia de la humanidad y son aspectos que se trabajan a partir de las preguntas que se plantean en el teatro y que a pesar del paso de los años, se mantienen vigentes, apuntó.
"En la historia de la humanidad, el más grande teatro Esquilo, Sófocles, Shakespeare plantearon y han seguido planteando preguntas fundamentales sobre el tiempo, sobre nuestra existencia”.
México es una de las naciones que se suman a las actividades conmemorativas del Día Mundial del Teatro a través de sus principales escuelas como la Escuela Nacional de Arte Teatral, el Consejo para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Centro Nacional de las Artes (Cenart) o el Centro Universitario de Teatro y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
La presidenta del Conaculta, Consuela Saízar felicitó a través de su cuenta de Twitter a comunidad teatral de México y aseguró estar "convencida de que el mejor teatro del idioma se está realizando en nuestro país, gracias al trabajo de la comunidad teatral de México".
En ese mismo plano, Luz Emilia Aguilar resaltó que el teatro mexicano tiene razones para celebrar, debido a su larga tradición en este arte, que incluso fue clave en la evangelización de los indígenas en la época de la conquista, y que hoy en día su cartelera compite con las mejores del mundo.
Según Consuelo Saízar, la cartelera de la Ciudad de México es la tercera en el mundo con más obras.
Sin embargo, Aguilar apuntó que falta perfeccionar aspectos que permitan un mayor estímulo en la creación teatral, como son tener mayores espacios teatrales y formas de producción viables, que incluso atraigan a más público a los teatros.
"Si nos comparamos con países como Alemania donde el público es un seguidor del teatro, como en Inglaterra, donde la mayor parte del público está siguiendo los lenguajes del teatro, estamos rezagados, porque en México el público teatral, el que es capaz de seguir los movimientos más renovadores del teatro, no ha tenido una evolución no ha estado muy cerca del desarrollo mismo del teatro", dijo.
El reto actual para el teatro mexicano, apuntó Aguilar, es buscar el interés del público con historias que planteen nuevas maneras de ver el mundo, que cuestionen valores, la capacidad de construir un presente, así como los retos del poder.