Nicaragua detiene al empresario herido en el atentado en que murió Cabral
El empresario Henry Fariña, herido durante el ataque en el que murió el cantautor argentino Facundo Cabral en Guatemala en 2011, fue detenido este jueves en el aeropuerto internacional de Nicaragua, informó el portavoz de la Policía Nacional de Nicaragua, Fernando Borge.
El empresario, contra quien supuestamente iba dirigido el atentado, se encuentra en la Dirección de Auxilio Judicial de Managua, según Borge.
Fariña fue detenido por las autoridades nicaragüenses en el Aeropuerto Internacional de Managua Augusto C. Sandino.
Henry Fariña, de 41 años, es un promotor de conciertos que lleva más de diez años en Guatemala.
El empresario nicaragüense acusó al costarricense Alejandro Jiménez, Palidejo— detenido el 12 de marzo — de ser el responsable del atentado perpetrado en su contra el pasado 9 de julio en Guatemala.
Fariña declaró como testigo del crimen de Cabral a través de una videoconferencia ante el Juzgado Quinto de Primera Instancia Penal de Guatemala.
En parte de sus declaraciones, el empresario explicó que Palidejo lo había amenazado de muerte por negarse a vender los centros nocturnos conocidos como Elite, en Costa Rica y Nicaragua.
Fariña comentó que su negativa le causó malestar a Jiménez, pero que no le dio importancia a las advertencias.
El empresario trasladaba en su vehículo a Cabral hacia el aeropuerto internacional La Aurora cuando fueron tiroteados en una avenida al sur de la capital guatemalteca.
El músico argentino murió por varios impactos de bala, mientras que el nicaragüense resultó herido de gravedad.
Fariñas dijo que el atentado iba dirigido hacia él y no contra el trovador , al que había contratado para unos conciertos en Guatemala.
Las fuerzas de seguridad de Guatemala han capturado hasta ahora a los guatemaltecos Elkin Hernández, Wilfred Allan Stokes y Juan Hernández Sánchez como responsables del asesinato de Cabral.
Palidejo se dedica al lavado de dinero del narcotráfico en su país, según fuentes oficiales de Costa Rica. Éste habría ordenado el asesinato de Fariña como una venganza por una supuesta disputa interna en el grupo criminal, integrado por al menos unas 20 personas.
