La pianista Ana Gerhard busca acercar a los niños a la música clásica

En el imaginario del cineasta Alfred Hitchcock, lo pájaros fueron una pesadilla. Sin embargo, para compositores como Mozart o Vivaldi, significaron la encarnación de sus musas.

Al centro de la sala de la concertista Ana Gerhard hay un gran piano. A su lado, un canario comienza a cantar cuando ella o alguno de sus alumnos interpreta una partitura. "Es tanto el estímulo, que hemos tenido que sacarlo de la habitación", cuenta.

A ella siempre le han gustado los pájaros y ha detectado que tienen una gran capacidad para reproducir la música.

Y justo esta especie es el motivo de su primer proyecto literario: Las aves. Se trata de un audiolibro que busca acercar a los niños a la música de concierto con un tema muy particular: la relación entre los pájaros y los grandes compositores.

"Me di cuenta que hay muchas piezas que hablan de las aves o están inspiradas en ellas y se me ocurrió que a través de un tema extramusical los niños pueden conectarse a la música", explica.

A través de sus obras, Gerhard presenta a una serie de músicos como ornitólogos empíricos. Esta afición, por ejemplo, llevó a Einojuhani Rautavaara a componer en 1972 el Concierto para pájaros y orquesta. La parte medular de la pieza es el gorjeo de las parvadas en el Círculo Polar Ártico y en los pantanos Liminka, en Finlandia, que el músico grabó en cinta magnética.

Gerhard recopiló una serie de anécdotas como la discusión de si fue Mozart quien 'plagió' a un pájaro para el tercer movimiento de su Concierto para piano número 17 o si el ave copió al músico.

Las aves presenta algunos datos curiosos, como el hecho de que ciertos pájaros pueden ampliar su repertorio escuchando melodías.

El libro incluye también una guía de audición: "Llevamos a los niños de la mano para que sepan en qué fijarse en cada pista del disco. Les decimos que pongan atención, por ejemplo, a cómo la flauta imita el canto mientras los violines nos hacen pensar en el aleteo".

En algunas piezas, como en El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns, sorprende cómo los instrumentos logran reproducir y evocar el cacareo de las gallinas.

En el departamento de Gerhard, los pájaros están bordados hasta en el mantel del comedor.

"Siempre me ha parecido una lástima que la gente le tenga miedo a la música clásica, entonces he buscado que los niños desde chicos la escuchen, para que cuando crezcan no le tengan esa prevención".

Pero la pianista espera que no sea solo una publicación infantil: "Me encantaría que los papás también lo lean con interés y sea una actividad que hagan en conjunto y los dos aprendan".

En los últimos años, Gerhard se ha abocado a difundir la apreciación musical. Primero lo hizo con sus clases, después con un programa que tuvo en la radio pública y luego, durante más de seis años, en teatro guiñol.

"Lo que me encanta de los niños es su frescura. Están abiertos a recibir todo tipo de música. A los adultos nos convendría guardar el entusiasmo y la curiosidad que ellos tienen".

La pianista lamenta que en México no haya suficientes programas de educación musical . "Se debería hacer un esfuerzo para que hubiera más".

Asegura que el precio de los instrumentos no es pretexto para no reforzar la enseñanza de la música en la educación básica: "Tenemos un instrumento maravilloso, que es la voz humana, y no cuesta nada".

Este libro, es el primero de una serie de cinco tomos que se publicarán durante un año con diferentes temáticas, pero con el mismo objetivo. "El siguiente será sobre seres fantásticos: hay muchas leyendas que los compositores han transcrito en música. Luego viene uno sobre el agua que también les hará ver la importancia de su cuidado. Después el tomo sobre insectos y el último será sobre juegos y juguetes".

Las aves es editado por la editorial Océano