El brillo del cine mexicano en el festival de Cannes
Tal como dice el título de su más reciente película, tras la tiniebla Carlos Reygadas vio la luz en el Festival de Cine de Cannes, ya que pese a la crítica negativa que tuvo por parte de la prensa francesa, llegó a lo más alto del prestigiado evento como Mejor director.
El triunfo de Reygadas, que ha hecho historia al ser el único cineasta mexicano en competir en tres ocasiones por la Palma de Oro y en ser el más reconocido en esta fiesta del cine con dos premios, fue lo más destacado de la participación de México en Cannes.
La decisión del jurado para otorgarle el galardón al realizador de Post tenebras lux estuvo dividida, según reconoció más tarde Nanni Moretti, quien presidió el jurado de la sección oficial de Cannes.
Moretti señaló que algunos miembros del jurado estaban "muy impresionados por el lenguaje cinematográfico nuevo", calificándolo de arriesgado en comparación con otros directores, apunta un cable de Notimex.
El cine de Reygadas es impenetrable en ciertos momentos con imágenes e historias que necesitan un mayor esfuerzo para entender. Pero para el director mientras haya quien ame su película "quiere decir que no estoy loco, ni es una película de escenas inconexas", dijo durante la conferencia de prensa posterior a la premiación.
Reygadas aseguró que el premio no representa una "revancha" contra la prensa que criticó su cuarto largometraje: "Le agradezco a los periodistas que detestaron el filme y a los que lo quieren. Los dos son importantes para mí".
El cine nacional compitió este año con cuatro largometrajes en Cannes, lo que representó una mayor presencia como lo hiciera en 2006 con Alejandro González Iñarritu con Babel y Guillermo del Toro con El laberinto del Fauno, entre los nominados a la Palma de Oro.
El presidente de México, Felipe Calderón, felicitó a Reygadas a través de su cuenta de Twitter, al igual que la presidenta del Conaculta, Consuelo Saízar quien llamó este triunfo un "orgullo mexicano".
Un día antes, la cinta Después de Lucía, de Michel Franco, se hizo del premio Una cierta mirada. Su historia, una tragedia familiar en la que la tristeza de un hombre, tras la muerte de su esposa, hace que se distancie por completo de su hija y no vea el sufrimiento que ella padece en su vida.
En su debut, el segundo largometraje de Franco conmovió hasta las lágrimas al público, en parte por la "naturalidad" presente en su trabajo, a través del uso de actores no profesionales.
Con su ópera prima Daniel y Ana, Franco compitió en la sección Quincena de realizadores en 2009, en la que en esta edición la mexicana Yulene Olaizola presentó su documental Fogo.
Olaizola nunca tuvo pensado que su cinta llegara al festival francés. Fogo es un retrato de los habitantes de una isla remota de Canadá que da nombre al documental, y la cinta fue bien recibida por el público más especializado, señala un cable de Notimex.
En esa selección fue la coproducción chilena-mexico-estadounidense No, en la que actúa el mexicano Gael García, la que se alzó con el premio de Art Cinema. No cuenta la historia de un publicista, interpretado por Gael, a quien le encargan la campaña de la oposición en favor del "No" en el referéndum convocado en Chile el 5 de octubre de 1988, que provocó la salida del poder del general Augusto Pinochet.
La problemática de la inmigración ilegal entre México y Estados Unidos también llegó a Cannes con Aquí y allá del español Antonio Méndez Esparza, que se llevó el premio a Mejor largometraje en la Semana de la Crítica del festival.
Aunque en esta coproducción española y estadounidense hubo muy poca participación mexicana, el productor de esta cinta Ori Dov Gratch aseguró que "este es un premio para México".