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Bailarinas de ballet danzan con la esperanza de salir de la pobreza

Con la ayuda de un fondo, Ballet Manila le brinda la oportunidad a niños de escasos recursos de formarse como bailarines profesionales
dom 03 junio 2012 09:03 AM
ballet
Ballet ballet

Jessa Balote tiene 14 años y está entrenándose para convertirse en una bailarina de ballet profesional en Manila.

Es una actividad que requiere una gran cantidad de dedicación, incluso de la joven con más determinación; pero el reto de Balote no es nada comparado a la vida que hay afuera del estudio de ballet, donde ella tiene que mantener a su familia entera.

“Soy la única sobre la que tienen esperanzas de sacar a la familia de la pobreza”, dijo.

Balote es una de las 54 alumnas inscritas en el programa “ Project Ballet Futures ”, el cual es conducido por Ballet Manila para brindar entrenamiento de ballet gratuito a niños de algunos de los barrios más pobres de la ciudad.

Balote vive en Tondo, un barrio pobre edificado junto a un gran tiradero de basura dentro de Manila. Sus padres ganan el poco dinero que pueden de la venta de basura. Si Balote no estuviera inscrita en el programa de ballet dice que no podría tener algo que comer todos los días.

“Ellos deben ganar dinero cada día para poder sobrevivir”, dice Lisa Macuja-Elizalde, fundadora del programa y prima ballerina filipina. Ella cree en sus estudiantes pagando personalmente por sus clases y sus uniformes.

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La meta de Macuja-Elizalde es la de ayudar a estos niños a convertirse en miembros profesionales de la compañía con salarios de acuerdo a eso. Dice que estos niños son de los alumnos más enfocados, que no tienen miedo de trabajar duro y de presionarse a sí mismos y a sus cuerpos al máximo.

El Fondo Comunitario de Filipinas, que tiene una escuela para niños en Tondo, provee el transporte, chaperones y de un alimento extra para un número determinado de niños.

La fundadora del Fondo Comunitario de Filipinas, Jame Walker, describe cuán desalentadores son los obstáculos para bailarinas como Balote.

“No tienen una buena noche de sueño en una cama confortable”, dice. “Cada noche deben dormir en tablas sin mayor recubrimiento. Algunas veces las ratas mordisquean la piel endurecida de sus pies”.

Walker dice que el mayor reto que enfrentan los estudiantes es de índole mental. Carecen de autoconfianza y muchos creen que no son merecedores de tener una vida diferente.

Balote es una de las historias de éxito. Ella es ahora una becaria de la compañía y miembro oficial de Ballet Manila, por lo que recibe un pago regular. Se unió a la compañía para una reciente puesta en escena del “Lago de los Cisnes”, un ballet que dice adora ya que se trata de una historia de amor.

No está claro cuántos niños podrán seguirle los pasos. El Fondo Comunitario de Filipinas está teniendo problemas para financiar el programa y cortó la provisión de este año para los chaperones.

Dice Walker que sin ayuda tal vez no pueda continuarse con la labor, una realidad que espera no tener que enfrentar.

“Hemos construido las esperanzas y los sueños de los alumnos por años, así que para mí es algo impensable”, dijo.

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