El río Támesis, un protagonista en las celebraciones reales
Cuando la reina Isabel II llegó al Támesis para celebrar su Jubileo de Diamante junto a decenas de miles de simpatizantes, no fue la primera vez que un miembro de la realeza provocó júblico en la orilla de este río londinense.
Durante siglos, los monarcas de Gran Bretaña han celebrado grandes fechas en el agua, creando escenas que han inspirado a generaciones de artistas, músicos y escritores.
El historiador David Starkey dice que el Támesis ha sido el “río real de Gran Bretaña y la calle más grande de Londres”, al ser el anfitrión de coloridas festividades reales.
“Los grandes desfiles en el río han sido usados siempre para celebrar la coronación y la inauguración”, explica Starkey, curador invitado de Royal River, una exhibición en el museo Marítimo Nacional, en Greenwich.
Las famosas piezas Water Music y Music for the Royal Fireworks, de Handel, fueron escritas para las festividades reales del siglo XVIII en el Támesis.
Y los diaristas Samuel Pepys y John Evelyn escribieron sobre el espectáculo que atestiguaron cuando el rey Carlos II formó parte de un desfile en 1660, un día después de la restitución de la monarquía.
Pepys describió la escena en la cual el rey y la reina viajan río abajo desde Hampton Court hasta Whitehall “bajo un toldo con 10,000 barcazas y botes, creo, porque no pudimos ver el agua”.
Para Evelyn, el evento fue el “triunfo más magnífico que jamás flotó sobre el Támesis”. Escribió con admiración sobre las "barcas y naves vestidas y adornadas con toda la pompa imaginable… los tronos… arcos… barcas majestuosas… música y estruendos de artillería, tanto de las naves como de la orilla”.
Ahora las cosas vuelven al principio: el desfile del Jubileo de Diamante se ha inspirado parcialmente en la obra The Thames on Lord Mayor’s Day, del artista del siglo XVIII, Canaletto.
El italiano Giovanni Antonio Cana (1697-1768) —mejor conocido como Canaletto— pintó la pieza (que se ve en la foto) cuando vivía en Londres, entre el 1740 y el 1750.
Fue famoso por sus representaciones de las celebraciones fastuosas en los canales de su nativa Venecia y encontró un tema similar durante su estancia en Gran Bretaña.
Ahora, la pintura es parte de la colección Lobkowicz, en Praga. Actualmente está en préstamo en la exhibición Royal River que marca el Jubileo y tiene una historia intrigante.
En el audioguía de la galería, el curador en jefe John Somerville, explica cómo la obra fue adquirida al artista por Ferdinand Philip, el sexto príncipe Lobkowicz de Bohemia, mientras estaba en Londres comprando caballos; mientras, estuvo envuelto en un escándalo con la esposa del embajador de Venecia.
La pieza fue exhibida en las casas de la familia por generaciones, hasta que fue robada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Escondida durante años en una mina austriaca, finalmente fue regresada a Praga al finalizar la guerra, solo para ser confiscada otra vez por el comunismo, en 1948.
Tras la caída de la Cortina de Hierro, en 1989, la familia Lobkowicz, que había viajado a EU, se propuso reclamar la colección.
Somerville dice que las pinturas muestran ese momento cuando “el Támesis era la avenida principal, la sangre de la ciudad, llena de embarcaciones de cualquier tamaño, viajando río arriba y abajo”.
Y es exactamente lo que los organizadores del jubileo de este 2012 esperaron emular, “una pieza de teatro en el agua”, complementada con música, fuegos artificiales y efectos especiales, sin mencionar a las 20,000 personas en la flotilla de siete kilómetros, con 1,000 barcos.
“¿Qué mejor manera para celebrar el Jubileo de Diamante de la reina, quien liderará, en el climax de las celebraciones, otro gran desfile real en el río?”, dijo Starkey. Y así fue.