Un museo de Seúl muestra cinco siglos de historia de las bolsas de mano
Los museos de Seúl, en Corea del Sur, realmente necesitan más creatividad en sus nombres. Por ejemplo, el Museo de Muebles de Corea. El nombre nada tiene de genial, a pesar de que es uno de los lugares más bellos de la ciudad.
Algo similar pasa con el recién abierto Museo Simone de Bolsas, en Garosugil en Gangnam. El autoproclamado primer museo oficial de bolsos de mano, cuya apertura fue adeltantada por The New York Times y varias revistas de moda en todo el mundo, en realidad es una exhibición exquisita con énfasis en el contexto histórico, en lugar de una muestra llamativa de lujos excesivos.
Contexto y concepto
La idea original de Kenny Park, de 57 años, CEO de Simone Acc. Collection Ltd. —un distribuidor coreano de bolsos de mano para marcas como Marc Jacobs, Kate Spade y Tony Burch— es un museo que alberga más de 300 piezas europeas en su colección permanente, en dos pisos, y que reserva el piso de arriba para exhibiciones especiales.
Construido en tres años, el edificio costó 3.53 millones de dólares, mientras que otros 1.59 millones de dólares fueron gastados en asegurar las piezas de la colección.
El tercer piso, donde comienza el museo, es una muestra extremadamente moderna de instalaciones avant-garde entremezcladas con bolsos de mano icónicos.
El cuarto piso es una clase de historia: hay "retículas" británicas de la década de 1820, "bolsas miser" y las primeras "bolsas de trabajo" de las mujeres europeas, quienes optaron por lo feo y utilitario, en lugar del aspecto decorativo.
Grandes detalles
Es un placer leer los títulos. Aquí hay un ejemplo:
"Bolso sweetmeat , inglesa, seda y damasco metal, trenza de metal, cordón de seda e hilo.
En Inglaterra, el monarca reinante recibía regalos en Año Nuevo. Esta tradición daba la oportunidad a los cortesanos de integrarse a la familia real y no era inusual que una bolsa de regalo contuviera cantidades considerables de dinero. Muchos bolsos sweetmeat trabajados y costosos aparecen en las listas de regalos compiladas durante el reinado de Isabel I".
La colección permanente fue reunida por Judith Clark, una creadora de exhibiciones experimental de Londres, quien trabajó con comerciantes y curadores para construir el museo y publicar un libro de la Yale University Press en honor a la inauguración del recinto el mes pasado.
Cada maniquí es un trabajo avant-garde construido por un equipo de 30 expertos y diseñadores que crearon desde las pelucas, la ropa, hasta la posición de los brazos y los dedos.
Un giro comercial
El sótano, así como el primer y segundo piso albergan una cafetería, una tienda de regalos, una tienda de varias marcas y la propia tienda de bolsas de Simone, así como una tienda DIY (hágalo usted mismo) donde los clientes pueden crear sus propias bolsas y una tienda masiva de cuero para quienes desean comprar materiales originales, incluidos relojes de piel de cocodrilo que cuestan alrededor de 1,100 dólares.
Aunque este museo solo alberga piezas europeas, Simone planea construir otro espacio para bolsas asiáticas en un futuro cercano.
Sorpresa agradable
"Encontramos que las personas se sorprenden por todos los detalles cuando vienen aquí", dijo Jina Koh, curador asistente. "Puede que vengan con varios estereotipos, pero después comienzan a ver las bolsas como obras de arte, o artefactos históricos".
"Muchos de los visitantes pasan horas leyendo los títulos, e incluso algunos escriben sus dudas y vienen a preguntarnos al final", comentó Dawn Chung, curadora en jefe. "Incluso los hombres".
Probablemente aún es difícil atraer al público masculino. "Es muy natural que los hombres tiendan a alejarse de un tema femenino", dijo Chung.
Como dijo un hombre: "En primer lugar, es ridículo que exista un museo de bolsas. Nunca llevaré a mi novia allí. Solo saldrá con ideas”.
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