La alfombra roja de los Grammy 2013, ¿quién rompió las reglas?

La cantante de Barbados y la intérprete puertorriqueña destacaron por su estilo y por retar la petición de vestimenta para la ceremonia

Rihanna y Jennifer Lopez destacaron durante la alfombra roja en la edición 55 de los premios Grammy, que volvió a estar llena de sensualidad, a pesar de las advertencias del canal de televisión CBS, que pidió a los artistas ser cuidadosos en el momento de elegir su vestuario.

La cantante de Barbados lució espectacular con un vestido rojo vaporoso de Azzedine Alaïa, con escote en la espalda, mientras que López fue la más desafiante, con un vestido negro asimétrico con abertura hasta la cadera, de Anthony Vaccarello.

JLo  apostó por combinarlo con un bolso dorado y sandalias negras y doradas.

"¡No dijeron nada acerca de las piernas! Yo pensaba que estaba siendo una buena chica. Un poco de hombro, un poco de pierna...", explicó López a los medios, en la alfombra roja.

Asimismo, Taylor Swift apostó por un diseño blanco vaporoso con abertura lateral de J. Mendel, acompañado por aplicaciones de pedrería en color plata.

Nicole Kidman apareció con un vestido de encaje color cobre de Vera Wang y Beyoncé Knowles se mostró de lo más elegante, con un mono ajustado en blanco y negro.

Florence Welch acudió con un Givenchy de pailletes verde esmeralda a juego con un bolso de mano.

Adele y Katy Perry, en cambio, estuvieron menos afortunadas con sus elecciones.

La británica, con moño y pendientes de diamantes, acudió a la cita con un vestido de encaje rojo con transparencias en las mangas y zapatos a juego.

Perry, por su parte, eligió un vestido color menta inspirado, según reconoció, en los diseños de Priscilla Presley en los 70, con escote pronunciado y pedrería en el cuello.

El canal CBS, encargado de emitir la gala en Estados Unidos, envió la semana pasada un correo electrónico a los invitados, solicitando que

El objetivo era  evitar polémicos vestidos como el Versace que lució la propia Jennifer Lopez en la edición del 2000, o el de Lil' Kim en 1999, que dejaron poco a la imaginación.