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Una muestra exhibe piezas inéditas de la cultura tolteca en Querétaro

Cuatro sahumadores de cerámica, esculturas de piedra y restos de flechas fueron hallados en 2008 en la zona arqueológica 'El Cerrito'
jue 14 marzo 2013 07:15 PM

La zona arqueológica El Cerrito, situada en el sur de Querétaro, alberga a partir de este jueves una muestra de piezas inéditas de los toltecas, una civilización prehispánica que influyó en los aztecas, los mayas y otras de Mesoamérica.

La muestra incluye cuatro sahumadores de cerámica y cuatro esculturas de piedra, todas correspondientes al periodo que comprende entre el año 900 y el 1,200 de nuestra era, informó este jueves el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Los objetos fueron encontrados en octubre de 2008 en la unidad deportiva de la localidad de El Pueblito, perteneciente al ayuntamiento de Corregidora, cuando trabajadores que construían una piscina dejaron expuestos pisos de estuco, esculturas de piedra y “abundantes fragmentos cerámicos”. El hallazgo ocurrió a unos 200 metros del perímetro de El Cerrito. Entre 2009 y 2010, los objetos fueron sometidos a una “minuciosa” restauración.

“Es la primera vez que se muestran los resultados de ese trabajo, cuya importancia deriva en que brindan información hasta ahora desconocida respecto a las unidades residenciales de la nobleza o los sacerdotes”, dijo Daniel Valencia Cruz, el arqueólogo encargado de la curaduría de las piezas.

Los sahumadores (de 25 centímetros de largo por 12.5 de alto) tienen tres soportes huecos. Dos de ellos son esféricos y pequeños, mientras que el tercero es cilíndrico y cuenta con un asa. Cada uno tiene un acabado distinto: un pie con un moño, una cabeza de perro y otra de un murciélago.

También fueron halladas unas 10 puntas de flechas hechas con sílex blanco, 18 cuentas de conchas y seis cráneos pequeños elaborados con piedra pizarra, según el INAH.

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Los objetos fueron hallados en el interior de un altar construido con muros de piedras pequeñas y sobre un piso de estuco. Según Valencia Cruz, se trata de una ofrenda “ejemplo del acto de sacralización de los espacios” dedicada a Itzpapálotl, diosa de la Tierra y la Luna.

En cuanto a las esculturas de piedra una muestra un personaje semihincado portando una capa de plumas, otra es el fragmento de los pies de un guerrero, el fuste de una columna y un clavo arquitectónico con cabeza de serpiente. Las tres primeras piezas estaban hechas en basalto rugoso y el último en roca volcánica.

Los toltecas florecieron hacia el fin del primer milenio de nuestra era en el centro de México, con un territorio de influencia que alcanzó la Península de Yucatán. Su ciudad más reconocida es Tula, en el estado de Hidalgo. El legado tolteca a civilizaciones posteriores incluye conocimientos refinados de artesanía, astronomía y filosofía.

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