Muere José Luis Sampedro, escritor e inspiración de los 'indignados'
El escritor y humanista José Luis Sampedro, un referente intelectual para España e impulsor del movimiento de los indignados, falleció en Madrid este lunes a los 96 años, informó este martes su esposa al explicar que el también académico buscaba una despedida a la “manera sencilla”.
Destacado académico en economía y prolífico escritor durante gran parte de su vida, Sampedro dedicó la parte final de su vida al movimiento juvenil 15M o de los indignados que en 2011 atrajo la mirada mundial por sus protestas en contra del modelo económico desventajoso para las nuevas generaciones.
Nació el 1 de febrero de 1917 en Barcelona, pero creció hasta los 18 años en Tánger, una ciudad del norte de Marruecos donde su padre fungía como médico militar. Para 1946 logró su doctora en Economía y después fue académico en la Escuela Oficial de Periodismo y en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid, según la agencia EFE.
"Dentro de cada uno de nosotros hay infinidad de cosas que no llegamos a desarrollar y el verdadero desarrollo está en que cada uno llegue lo más alto posible en su conocimiento", dijo en entrevista con EFE en 2011 cuando se estrenó en teatro su obra La sonrisa etrusca, uno de sus libros más famosos.
“Ese desarrollo y ese intento de conocimiento vendría bien hasta para la economía, porque seríamos más justos, más equilibrados y no habría tantos choques entre los que tienen y los que no", dijo Sampedro, quien en su filosofía decía que él era un economista que buscaba que los pobres fueran menos pobres, no como otros que buscan que los ricos sean más ricos.
También Premio Nacional de las Letras 2011, fue condecorado con la Orden de las Artes y las Letras de España por su trayectoria y pensamiento.
"Que la tierra te sea leve, compañero, que siempre fuiste joven", "deberíamos indignarnos mil veces", "gran persona, gran compañero y gran amigo", así como la petición de su viuda, Olga Lucas, de que "se le llore lo menos posible y que se siga luchando lo máximo posible", fueron algunas reacciones en Twitter a su muerte, de acuerdo con EFE.
Encontró paz en su vida, como él mismo decía, al lado de su esposa que conoció en la década de los 90 y con quien se casó en 2003. Juntos mantenían la “teoría de los bueyes”, como afirmaban: "Yo me apoyo en ella y ella en mí", reflejo del sentido del humor que conservó hasta sus últimos días.
Desde 1990 ocupaba el sillón académico F de la Real Academia Española (RAE). "Fue un académico muy preocupado por la lengua, por las actitudes que la Academia debía tener ante ella en estos momentos de la vida”, dijo a EFE este martes José Manuel Blecua, director de la RAE.
“Era extraordinariamente lúcido, con un espíritu muy juvenil y un sentido crítico de la realidad muy acusado", continuó Blecua. "Y como amigo era muy simpático, ejemplar, cariñoso... Daba gusto hablar con él, en el trato diario, como compañero en la institución".
La archiduquesa (1982), La sonrisa etrusca (1985), Mar al fondo (1992), La estatua de Adolfo Espejo (1994), La sombra de los días (1994), Los mongoles en Bagdad (2003) y sus memorias Escribir es vivir, que redactó en colaboración con su esposa están entre una decena de obras de su autoría.
En su obra literaria escribió libros académicos, novelas, cuentos y teatro. Pero el prólogo para ¡Indignaos!, del autor francoalemán Stéphane Hessel, fallecido el pasado 27 de febrero— atrajo la atención de los jóvenes europeos al ser una inspiración del movimiento que pugna por un mejor modelo económico.
Sobre teatro escribió La paloma de cartón, que ganó el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca en 1950. Entre sus libros sobre economía está Realidad económica y análisis estructural, Conciencia del subdesarrollo, El mercado y nosotros y el libro cómic La economía de mercado.
Defendió una "economía más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos" y, tras la noticia de su muerte, han surgido decenas de mensajes en Twitter, la red social en donde se gestó parte de la organización de los llamados indignados con la economía.
En una carta escrita por Jose Luis Sampedro en mayo de 2011 a los manifestantes del 15M les mostraba su adhesión a la iniciativa ¡Democracia real ya!, pero, precisaba con su incisiva pluma, "interpretando la palabra 'real' como adjetivo referido a realidad y no a realeza", según EFE.
“No aceptar sin más la tiranía del poder financiero y el abandono de los valores que encarnaba nuestra civilización" fue el llamado que hizo en los últimos años a los jóvenes para que sean ellos quienes tomen las riendas de su futuro.