De la Parra lleva la cultura latinoamericana a la música de París
La directora Alondra de la Parra (Nueva York, 1980) defendió la inclusión de obras latinoamericanas en programas orquestales, como la del mexicano Rafael Márquez, con la que debuta este miércoles en París.
"Cuando supe que iba a reemplazar al maestro Frühbeck, a quien admiro muchísimo, decidí pedir a la orquesta que incluyésemos una obra mexicana, que me representara a mí y a mi patria", contó a EFE en alusión a la cancelación, por motivos de salud, del director español, Rafael Frühbeck de Burgos.
La directora de 32 años dijo que se toma "muy en serio" la labor de embajadora cultural de su país, por lo que ha modificado ligeramente el programa inicial del concierto de la Orquesta de Francia, incorporando Dazón nº2 de Márquez, un himno latinoamericano.
Cuenta que es una pieza "muy divertida", basada en un baile cubano que adoptaron en México y que actualmente está presente en todas las plazas y festividades. "Es una obra que siempre funciona muy bien", dijo.
De la Parra, que acaba de ser nombrada directora titular de la Filarmónica de Jalisco, será la primera mexicana, tanto hombre como mujer, en liderar la Orquesta de la capital francesa. Sin embargo, dice que no está nerviosa sino "emocionada".
"Me da mucho gusto empezar a abrir caminos, como hoy en París. Creo firmemente que la cultura musical latinoamericana tiene que estar presente en cualquier orquesta de cualquier nivel", declaró. "Merece ese lugar", dijo.
Para la directora licenciada en la Manhattan School of Music de Nueva York bajo la tutela de Jeffrey Cohen y Kenneth Kiesler, cuanto mejores son las orquestas, más disfrutan de su trabajo.
"El de París es un conjunto técnicamente espléndido que además conserva su niñez y espontaneidad y que empatiza mucho con mi manera de entender la vida", dijo.
"Como dicen en francés jouer es jugar", dijo en alusión al doble significado de este término que significa jugar, pero también interpretar o tocar una pieza o instrumento.
Aunque actuó hace unos meses en la ciudad de Lyon, no conoce nada del público parisino y está "muy a la expectativa".
No obstante, tiene claro que no interactuará con la audiencia como suele hacer en casa. "Aquí estoy como invitada y no puedo decidir si comunicarme con los espectadores o no, a menos que me lo pidan", dijo.
De la Parra no es solo la primera mexicana que dirige en París, también fue la primera mujer de su nación en liderar un recital en Nueva York . Sin embargo, recuerda que el camino no ha sido fácil.
"En mi país no tenía ningún modelo a seguir de otra mujer que hubiera sido directora de orquesta. Tampoco tenía acceso a los maestros para que me hicieran de mentores", recordó. "Tuve que forjarme mi propio camino a base de mucho estudio".
La música sostiene que el suyo es un oficio autodidacta, que se aprende con la experiencia y los consejos de "los mejores". Sin embargo, lamenta que no exista una escuela donde enseñen a desarrollarse en todos los ámbitos que necesita dominar un conductor melódico: teoría, historia, oído o técnicas de comunicación.
"Creo que lo más duro es que en esta profesión existe una tendencia a tratar siempre de tumbar al líder. Una vez me dijo un maestro que ser director es como ser un tren que marcha mientras todos intentan descarrilarlo", dijo.
Pese a las adversidades, De la Parra supo desde niña que su lugar no estaba en el cuerpo musical, sino en la dirección.
Empezó a tocar el piano a los siete años y el violonchelo a los 13 y rápidamente le atrajo la idea de pensar que un "grupo de seres humanos fantaseaban con la música mientras alguien los capitaneaba".
"Con los años me di cuenta que poseía una habilidad natural para convocar, para lograr que todos compartieran un mismo objetivo. Así que decidí formar parte de ello", dijo.
