Un objeto llamado... recuerdo para 'celebrar' el regreso de Café Tacvba
A casi 25 años de carrera, Café Tacvba parece ser el grupo fundamental del rock mexicano y la banda sonora personal para miles de sus seguidores.
“Es parte del soundtrack de mi vida. Crecí con la música de Café Tacvba, además estoy orgulloso porque nacimos en el mismo lugar: Satélite”, comenta Jorge Alberto Razo.
Alberto tuvo este año la oportunidad de tomarse una foto con el vocalista Rubén Albarrán, durante su presentación en el festival Coachella, en Indio, California.
“Hay una canción de Café Tacvba para cada momento importante que he vivido”, añade Raúl Ginera. No solo demuestra su orgullo al decir que una de las mejores bandas de rock es mexicana, sino que gracias a él, su novia también es fan de su música.
Los objetos antes llamados discos
“Los discos de Café Tacvba crean un tipo de simbiosis entre el grupo y sus fans. Si existe una versión japonesa querrán tenerla, por verla en otro idioma y encontrarse con materiales extra. Son siempre objetos para presumir, como las tasas o camisetas”, detalla David Cortés, periodista especializado en este género y que en 2012 editó el libro Los 100 discos esenciales del rock mexicano, en el que dos títulos de los tacvbos entraron al listado. Solo otras tres bandas lograron tal mérito.
“Incluimos el disco Re, donde se quitan más ataduras y donde son más cosmopolitas. También está el Revés/Yosoy, uno de los más aventurados y experimentales, algo que por lo general solo se veía en los grupos independientes y no en las que estaban con disqueras comerciales”, agrega.
Aunque los primeros conciertos de Café Tacvba ocurrieron cuando seguía vigente el movimiento conocido como Rock en tu idioma, del que eran parte grupos como Fobia, Santa Sabina o La Lupita, nunca se consideraron parte de él.
En cambio, comenzaron a cosechar su propio estilo, sin etiquetas y logrando una propuesta distinta con cada nuevo lanzamiento, que ya acumula ocho discos de estudio, dos en vivo y uno más de éxitos.
“Para mí, la música de Café Tacvba ha retratado la realidad a través de los años. Al reinventarse en cada disco muestran una diversidad de texturas musicales únicas en una banda mexicana.
"Las canciones son minihistorias que en ocasiones hasta las hago mías, las canto y nunca se desgastan, pues tienen una esencia especial”, dice Cristina González Lira. A sus 28 años, puede presumir una muy completa colección de prácticamente todo sobre Café Tacvba.
“Uno de mis objetos más preciados es el vinil del disco Re, que es una edición Colombiana muy difícil de conseguir”, presume Lira.
Otra de las peculiaridades de la banda, es que no necesariamente sus seguidores solo coleccionan los materiales que han sacado a la venta, también son la inspiración para creaciones propias.
Yuriko Hiray, de 20 años, decidió hacer una reproducción del arte del disco Avalancha de éxitos en la pared de su cuarto. “Lo que más me gusta de los tacvbos es que no se encasillan en ningún género. Nos brindan la oportunidad de disfrutar un mambo, un rock urbano, baladas, banda y hasta punk en un sólo concierto”.
Gloria Chan, originaria de Cancún, pintó junto con su esposo y su hermana un mural con la imagen de los integrantes del grupo cuando lanzaron el disco Cuatro Caminos. También atesoran una lona que promocionaba el primer concierto que dieron en su ciudad.
De los primeros conciertos en el bar El hijo del Cuervo, en el barrio de Coyoacán de la Ciudad de México, hasta sus giras por casi todo el mundo, Café Tacvba se ha transformado sin dejar de ser la misma banda.
A partir de este miércoles regresan a los escenarios con la gira nacional El objeto, donde podrán demostrar por qué la banda de Satélite es considerada una de las más importantes e influyentes del país.
“Espero que regresen muy fuerte. Como ha pasado con otras bandas consolidadas, han tenido altibajos. Ya no han sorprendido como lo hicieron con Re. Me gustaría escuchar arreglos nuevos, que propicien que les pongamos atención de nuevo. No soy su fan, pero se que lo que tienen ahora ha sido fruto de su trabajo”, concluye David Cortés.