Caifanes se libera de la nostalgia con un 'ejército' de jóvenes seguidores
Los miembros de Caifanes salieron al escenario del Palacio de los Deportes para encontrarse con un público de nuevos rockeros y fanáticos veteranos este sábado por la noche.
"Sabemos que no tenemos discos, videos ni algo en la radio, pero la pasión tiene memoria", dijo Saúl Hernández, vocalista del grupo, en los primeros minutos del concierto. Esta es una de las pocas presentaciones que han realizado desde que se reunieron en el Vive Latino de 2011 tras una separación de 16 años.
Su último disco, El nervio del volcán, salió en 1994 y un año después anunciaron su disolución. Desde entonces solo existen los éxitos que los han mantenido como una leyenda.
El concierto inició con El negro cósmico, Miedo, Cuéntame tu vida y Debajo de tu piel. Los cinco músicos empezaron la noche con abrazos. Saúl y el guitarrista Alejandro Marcovich apoyaban sus cabezas mientras tocaban, demostrando que aquellas diferencias que los mantuvieron separados habían desaparecido.
La segunda parte fue un set de canciones electroacústicas, que incluyeron un par de temas fuera de su repertorio: una de Jaguares y otra del proyecto solista del baterista Alfonso André.
“Estamos en la intimidad”, dijo Saúl ante los cerca de 20,000 asistentes. Fin, Mariquita, Vamos a hacer un silencio, Quisiera ser alcohol y Antes de que nos olviden fueron algunas de las canciones que ofrecieron en este formato.
Desde su aparición en el Vive Latino ante unas 70,000 personas, el grupo ha sido cuestionado sobre la posibilidad de lanzar un nuevo disco con temas inéditos, pero Saúl, Alejandro, Sabo Romo, Diego Herrera y Alfonso André no lo han confirmado.
Los jóvenes caifanes
"Le doy la bienvenida a los jóvenes caifanes que nunca nos vieron tocar, pero se saben todas las canciones. Son un ejército de niños y jóvenes, y esta canción es para los nuevos aliados, para que tengan conciencia de que nadie en el país tiene derecho a hacerles daño", dijo Saúl mientras iniciaba Ayer me dijo un ave.
Para la nueva generación, el concierto cumplió con sus expectativas.
"Hace apenas un año que los empecé a escuchar, pero ya me sé varias canciones. Me gusta cómo toca Marcovich. Después de hoy yo creo que su música va a seguir en mi corazón", dice Gabriel Pérez, de 10 años. El gusto por Caifanes lo tomó de su mamá, Gabriela, quien está feliz porque "es una nueva generación pero le gusta lo mismo que a mí, y que podamos compartir eso está muy chido".
José Armando Ramírez, de 15 años, también fue a ver al grupo. "No me esperaba ver a Caifanes, nunca los había visto en vivo. Todo me gustó". Los papás de José Armando, ambos con una playera de Caifanes, fueron los responsables de que sea un joven caifán.
Una más, Evelyn Yazareth Borja, de 12 años, dijo con una sonrisa que el concierto le pareció "genial", aunque no se considera exclusivamente como parte de los nuevos fans de Caifanes: le gusta más One Direction , agrupación a la que fue a ver hace un par de semanas.
Los fieles seguidores de Caifanes desde sus conciertos en Rockotitlán, un espacio de conciertos en el DF, tienen opiniones distintas.
"No me gustaría que saquen un nuevo disco, ya que la dejen ahí. Caifanes es una leyenda, el gran cimiento del rock mexicano, pero no creo que haya algo más", enfatiza Rivelino Rueda, de 40 años.
Y agrega: "me encanta que haya chavos aquí, tienen que escuchar este grupo. Caifanes marcó un antes y un después en el rock mexicano. Yo tengo una hija de tres años y le voy a inculcar que tenga a Caifanes".
También hay quienes reclaman que no haya bandas nuevas que hagan cosas distintas. "Los Caifanes empezaron algo pero necesitamos otra cosa. No puede ser que a mis 43 años escuche lo mismo cuando salgo a un antro. Ojalá hubiera algo nuevo, aunque que no me gustara, que me hiciera sentir incómodo", protesta Fernando Rueda.
Gracias raza…
Mientras los fans hablaban, sobre el escenario, Saúl agradecía a la raza, como le llama a su público. Mientras interpretaba sus éxitos hizo desde reclamos políticos hasta peticiones para cuidar las especies animales del país.
Alejandro Marcovich, aunque dijo pocas palabras durante la noche, sorprendió con una versión en guitarra eléctrica de la canción ranchera El rey. Diego Herrera, con una improvisación en teclado y su interpretación del sax en varias canciones, dejó emocionados a miles.
Antes de dejar el escenario definitivamente, regresaron una vez para cerrar el concierto con canciones que marcaron su carrera y al rock en México: Afuera, La célula que explota y La negra Tomasa.