El ritmo mexicano, presente en el cierre del Mundial de Tango en Argentina
El tango será originario de Argentina y Uruguay, pero la pasión que genera puede cambiar la vida de cualquier persona de otro país, incluso a miles de kilómetros de distancia.
Este es el caso de una pareja de tangueros mexicanos que dejaron familia y estudios para buscar un lugar entre los mejores bailarines en el Mundial de Tango, que se realizó entre el 19 y el 27 de agosto en Buenos Aires.
Durante esta temporada, dúos de diferentes regiones buscaron coronarse como los mejores bailarines en dos categorías: tango escenario y de pista. Además de México hubo representantes de Singapur, Bélgica, Italia, Argentina, Rusia, Japón, Estados Unidos. En total, 37 países.
Carol (20 años) y Anuar (21 años) se dedicaron por completo a bailar desde hace tres años. Pasan una temporada en Buenos Aires para tomar clases y culminan cada año su estancia con su participación en el Mundial.
Carol tuvo el apoyo de su familia cuando les dijo que no cursaría una carrera universitaria porque lo suyo era “ser tanguera”.
“Para mi familia sí fue más difícil (entender que me quería dedicar al tango). Yo estudiaba Derecho y lo dejé, al final me apoyaron pero la transición fue complicada”, dijo Anuar.
Los jóvenes dan clases en Tepic y se presentan los fines de semana en un restaurante, con eso y el apoyo de su familia se costearon los gastos para estar en el Mundial: inscripción, estadía, vestuario y comida.
Participaron en la categoría de tango escenario pero se quedaron en la primera ronda, aunque fueron los mexicanos mejor calificados.
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Cecilia Alvarado y Roberto Ruiz tuvieron más tiempo para festejar. Son originarios de Durango y obtuvieron un lugar en la final, categoría Tango de Pista, por lo que se presentaron en el mítico escenario del estadio de Luna Park. Sin embargo, su puntuación no les permitió estar entre los cinco mejores.
Los fondos de su estancia en Buenos Aires provinieron de su familia y recolectando dinero mientras ofrecían espectáculos en plazas públicas de su ciudad, con el apoyo del Centro Artístico Analco (CAA).
“El hecho de que bailemos tango y no seamos argentinos no tiene nada que ver. El tango es de cualquier ser humano, son energías y ritmos que tenemos todos”, dijo Cecilia Alvarado.
Roberto Ruiz también es bailarín de música folclórica pero afirmó que lo que le gusta del tango es que es un ritmo vivo que todavía se baila, mientras que lo regional “solamente se recrea”.
El Mundial de Tango cerró con una pareja argentina como campeona, tras ganar la final de la categoría escenario. Florencia Zárate Castilla y Guido Palacios, residentes en la localidad bonaerense de Villa Flandria, se impusieron, con 8.89 puntos sobre diez, ante otras diecinueve parejas en la última ronda de la competencia.