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Lectura contra pobreza y violencia, la asignatura pendiente de Peña Nieto

El gobierno presentará una estrategia para acercar los libros a las zonas marginadas, además de aumentar la comunidad de lectores
mar 03 diciembre 2013 06:10 AM
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El Programa Nacional de Fomento a la Lectura, que será presentado este 11 de diciembre por Enrique Peña Nieto, destaca como uno de sus ejes principales el impulso de acciones en comunidades afectadas por la violencia y la pobreza.

Ricardo Cayuela, titular de la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), dijo en entrevista que este programa —parte del Plan Nacional de Educación—, es parte de la estrategia anunciada por el mandatario al iniciar su mandato, pero que aún no ha sido implementada.

Según Cayuela, el programa integrará varias acciones durante los próximos cinco años, y fue creado a partir de las reuniones que ha tenido en 2013 el Consejo Nacional para el Fomento a la Lectura, formado por 10 instancias gubernamentales.

A principios de noviembre, Rafael Tovar y de Teresa, presidente de Conaculta, aseguró que este organismo ayudaría a impulsar la lectura: "No se trata solo de hacer libros, sino de tener lectores, y lectores que comprendan mejor los textos y los hagan parte de su formación y de su propia vida”, dijo.

El Programa Nacional de Fomento a la Lectura tendrá dos aristas, según Cayuela, una digital, que impulse las nuevas plataformas de lectura, y otra social, con el acercamiento a comunidades marginadas, sin embargo, el funcionario dijo que la explicación a profundidad sobre la estrategia se realizará el 11 de diciembre.

Los mexicanos leen en promedio 2.9 libros al año, según la Encuesta Nacional de Lectura que realizó el Conaculta en 2012. El nivel lectura de México es bajo si se compara con el 4 de Brasil, 4.6 de Argentina, 5.4 de Chile y los 10.1 libros leídos al año en España en promedio, de acuerdo con la investigación realizada por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina en 2012, que depende de la UNESCO.

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Lectura contra la pobreza y violencia

A principios de 2013, Enrique Peña Nieto incluyó en su Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia al rubro educación, buscando a través de Conaculta “fomentar y promover el arte y las industrias creativas para generar sentido de identidad y pertenencia en zonas marginadas”, según cita el programa.

A partir de la iniciativa presidencial, varios programas culturales han reforzado su enfoque social, como el Festival Cervantino, que este año llevó algunos de sus espectáculos a comunidades marginadas de Guanajuato, o la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, que integró seminarios para debatir sobre el papel que debe tener la lectura en las comunidades afectadas por la violencia.

En México viven 53.3 millones en situación de pobreza y 11.5 millones en extrema pobreza, cerca del 50% de la población total, de acuerdo con datos del INEGI. El gobierno de Peña Nieto señaló en julio que la mala situación económica de algunos municipios ha derivado en un incremento de la violencia social .

Cayuela señaló que el nuevo Programa Nacional de Fomento a la Lectura tomó en cuenta la estrategia contra la violencia. “Hay que primero escuchar a la comunidad, escuchar que es lo que mas que necesitan, y a partir de ahí construir programas que sean útiles y efectivos tanto en si mismos como en un visión más amplia de reconstrucción del tejido social”, dijo.

Las editoriales mexicanas ven positivo que el gobierno busque impulsar la lectura como estrategia en las comunidades afectadas por la pobreza y la violencia, aunque coincidieron también en la preocupación por una adecuada continuidad de los programas.

El director general de Grupo Prisa en México, Carlos Ramírez, considera que la lectura “sensibiliza” a la gente, en especial a los jóvenes (la población que más lee se ubica en el rango de los 18 a los 22 años de edad, según datos oficiales).

“(Si en ciudades que son foco rojo en México) comenzamos con programas de lectura en el bachillerato, y los invitamos a concursos de redacción, de lectura (…) ver cómo hacemos para crear este tipo de elementos que nos permitan permear en la sociedad, y puedan permitir reducir que la gente no tope otro tipo de caminos”, explicó Ramírez en entrevista.

"El apoyo a la lectura es un buen camino para mejorar la capacidad de los niños (de zonas marginadas) de acceder a mejores niveles educativos, mejores trabajos y eso ayudará a reconstruir el tejido social, es como ver desde muy lejos la parte de la reconstrucción, pero yo creo que la lectura es fundamental en cualquier sociedad”, coincidió Roberto Banchick, director de Penguin Random House.

Crear infraestructura

Las editoriales también pidieron garantizar que los nuevos programas no se reduzcan o desaparezcan, como ha pasado con otras iniciativas.

Ramírez citó como ejemplo el programa Bibliotecas Escolares y Aulas, “un programa que inició con más de 15 millones de pesos para compras de libros para las bibliotecas públicas y que se redujo gradualmente”. 

Bibliotecas Escolares y Aulas nació como parte del Plan Nacional de Lectura y Escritura lanzado en 2002, durante el gobierno de Vicente Fox. En este plan participan distintas editoriales para alimentar las bibliotecas públicas con parte de sus títulos. Aún sigue vigente, pero su presupuesto no esta especificado al estar dentro de la partida de Desarrollo de la Lectura, que tiene 30 millones de pesos.

Tanto Banchick como Ramírez coincidieron en que hay “claroscuros” en los programas gubernamentales de fomento a la lectura.

Por un lado, el director de Prisa México cree que se necesita un programa “con muchas más definiciones y alcance” que vaya más allá de las principales ciudades del país, mientras que Banchick mantendría esta parte de meter libros al aula, pero ampliando más la oferta, “porque eso acerca más directamente el libro al niño”.

Para la directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Marisol Schultz, el programa de fomento que vaya a implementar la administración de Peña Nieto deberá tener entre sus prioridades las grandes regiones rurales y lugares “donde no están satisfechas las necesidades principales”.

“Deben existir brigadas para llegar a las regiones más remotas del país. Comenzar con los niños y ampliar los programas hacia los adultos”, dijo en entrevista Schultz, quien asegura que en México existe “un analfabetismo funcional”, es decir, la gente sabe leer, pero no interpretar la lectura.

Banchick por su parte, destacó la importancia de tener sitios donde se puedan adquirir libros. “Un programa de fomento a la lectura debe ir de la mano con uno de fomento muy directo a las librerías. Es crítica la situación en el país, pues la mayoría de las librerías se concentran en las grandes ciudades. El resto del país es un desierto”.

Cayuela dijo que cada una de las dependencias del Consejo Nacional para el Fomento a la Lectura ha seguido implementando sus estrategias en este campo, como ha sido el Programa Nacional de Salas de Lectura (PNSL) o el Día Nacional del Libro que encabeza el Conaculta a través de su Dirección General de Publicaciones.

También permanece el Premio al Fomento a la Lectura: México Lee, que fue creado en el gobierno de Felipe Calderón y que fortaleció el PNSL con iniciativas como los Paralibros —libros ubicados en instalaciones parecidas a una parada de camión— y los Librobicis —vehículos manejados por mediadores voluntarios y que pueden llevar hasta 130 libros.

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