El director del Bolshoi dice que "no perdona a sus atacantes" tras condena
Tres hombres fueron enviados a prisión este martes por el ataque con ácido que casi cegó a Sergei Filin. Pero el director artístico del ballet Bolshoi dice que nada podrá devolverle lo que ha perdido.
En una entrevista exclusiva con CNN en Aachen, Alemania, el día en que sus agresores fueron sentenciados en un tribunal de Moscú, Filin dijo que el ataque había hecho mella en su espíritu, dejándolo en agonía y parcialmente desfigurado.
"No es solo el problema con mis ojos, es un problema con mi corazón", dijo.
Filin ahora utiliza gafas oscuras gran parte del tiempo y ha sufrido numerosas cirugías en Alemania desde fue atacado en una calle de Moscú en enero pasado.
Y se lleva el dolor de saber que fue el bailarín estrella Pavel Dmitrichenko, parte del equipo de la compañía de renombre mundial, quien planeó el ataque.
Dmitrichenko fue sentenciado este martes a seis años de prisión , mientras que su cómplice Yuri Zarutsky fue condenado a 10 años y el chofer Andrei Lipatov con cuatro años.
Filin dijo que acepta el veredicto y la condena de la corte, pero él no está dispuesto a perdonar y olvidar.
"Por supuesto que no, no puedo perdonarlos porque no hay condena ni castigo que hoy me permitan recuperar mi vista, misma que tuve alguna vez", dijo.
" ¿Qué pasará con mi tratamiento en el futuro? Nadie lo sabe. Lo que está por delante, será una lucha".
Hasta ahora, los médicos han logrado restaurar parte de la visión del Filin, pero su vista sigue lastimada.
“Me dolió toda mi piel”
Como bailarín, Sergei Filin fue una de las estrellas más reconocidas de Rusia.
Con 43 años asumió el papel de director artístico del ballet Bolshoi en 2011, después de tres años dirigiendo el teatro musical Stanislavsky y Nemirovich–Danchenko, de Moscú, en medio de lo que pasó a ser una feroz rivalidad.
Ganó la posición, pero el liderazgo artístico del más prominente icono cultural de Rusia se ha visto empañado por el escándalo, entre ellos el terrible ataque que sufrió frente a su casa de Moscú.
Filin recuerda lo que sucedió en ese día de enero, cuando un atacante con la cara cubierta tiró ácido sulfúrico en su cara.
"Lo que sentí fue una agonía insoportable. Me dolió toda mi piel y de inmediato sentí un dolor atroz en mis ojos", dijo.
"Había mucha nieve alrededor, traté de mantenerme en pie y me caí varias veces. Pero yo sentía que la fría nieve aliviaba el dolor, así que comenzó a cubrir mi cara con ella".
Finalmente, fue ayudado por las personas en la calle. Pero el daño ya estaba hecho. La próxima vez que se le vio en público, fue con la cabeza envuelta en vendas y con quemaduras de tercer grado en la cara y los ojos.
Cuando se supo que Dmitrichenko estaba detrás del ataque, las rivalidades y un ajuste de cuentas en el seno del Bolshoi quedaron al descubierto, en medio de acusaciones de amoríos, corrupción y celos.
Filin no cree que las diferentes acciones de su parte podrían haber dado lugar a un resultado diferente.
"Esas acusaciones que hemos escuchado no se han respaldado con ninguna prueba", dijo. "Todas son mentiras destinadas a disminuir el grado de culpa o el castigo por este crimen".
Matthew Chance reportó desde Aachen y Laura Smith -Spark escribió desde Londres.