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Las cartas de Einstein: De sus grandes teorías al diálogo con Diego Rivera

Israel exhibe en la FIL documentos del científico, entre los que destacan sus razones para no ser presidente del país y sus grandes teorías
mié 04 diciembre 2013 01:35 PM

Albert Einstein escribió una de sus más grandes obras -la Teoría General de la Relatividad- en 46 hojas, a mano, con tinta y en alemán.

Las copias de cuatro hojas de este manuscrito –el documento completo y original está en la Universidad de Jerusalén-, se exhiben en el pabellón que Israel tiene como país invitado de honor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

Completan la exposición otros escritos de puño y letra del científico, como la correspondencia que sostuvo con Diego Rivera, su rechazo a la invitación para ser presidente de Israel y un manifiesto donde expresa posicionamientos políticos e ideológicos.

La letra del científico más destacado del siglo 20 es pequeña, de tipo manuscrito y en las hojas donde plasmó sus aportaciones al mundo se observa que Einstein tachaba, corregía y utilizaba algunos dibujos para describir mejor conceptos intrincados.

“Cuando uno ve estos manuscritos se puede imaginar a Einstein en una habitación, acompañado de una vela y con una especie de aura blanca que lo iluminan a él y a toda la habitación”, dijo emocionado Roberto Sánchez, estudiante de Matemáticas y quien llegó a la FIL para recorrer la pequeña exposición.

“Los manuscritos tienen un cierto encanto, a todos nos gusta mirar a los manuscritos porque nos dicen algo del lugar y del momento en que se produjeron”, agregó Hanoch Gutfreund, jefe del archivo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, a la que el Premio Nobel de Física (1921) heredó su obra y patrimonio intelectual.

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En una conferencia este martes en la FIL, Gutfreund relató como el entonces joven científico (26 años), recién egresado de la Universidad y quien tuvo que migrar a Suiza para conseguir un empleo, escribió en 1905 -considerado por los historiadores como ‘el año milagroso’-, cuatro documentos considerados los pilares de la física moderna.

“Vemos a un joven hombre, que trabaja fuera de la Universidad y todo lo que hace, lo hace en su tiempo libre, mientras carga en su regazo a su hijo de un año…, aquí el milagro no es solamente lo que hizo, sino también las circunstancias bajo las cuales lo hizo”, señaló.

Entre esos documentos está el que escribió sobre el comportamiento de la luz y, como si Einstein quisiera de alguna manera manifestarse en la conferencia impartida por Gutfreund, la luz del salón se apagó y todo quedó en penumbras por un par de minutos.

Gutfreund no solo mostró a un Einstein humano, también a un genio que se equivocó “infinidad de veces” hasta que consiguió algo grande.

El físico empezó los trabajos de la Relatividad en 1908 y durante años “cometió todos los errores posibles, sus resultados eran equívocos, hasta que casi obtuvo la teoría cuatro años después, pero él no la entendía y tuvieron que pasar tres años más hasta que en 1915 formuló la teoría que es la fuente de la cosmología moderna”, narró.

Las copias expuestas de esta teoría son las páginas 1, 28, 44 y 45.

La correspondencia de Einstein

Entres los documentos que se exhiben está además la respuesta del científico a la invitación que recibió para convertirse en el segundo presidente de Israel, un país que actualmente tiene 65 años de fundado.

“Estoy profundamente conmovido por la oferta de nuestro Estado de Israel, y al mismo tiempo triste y avergonzado ya que no puedo aceptarlo” y concluye diciendo: “Yo soy el más afligido por estas circunstancias porque mi relación con el pueblo judío se ha convertido en mi vínculo humano más fuerte desde que me hice consciente de nuestra situación precaria entre las naciones del mundo”, en una carta escrita a mano y en alemán.

Detrás de las vitrinas que resguardan las copias está un manifiesto escrito también a mano, en el que Einstein expresa su deseo de ver a Palestina convertirse “en un centro espiritual para todos los judíos del mundo”.

La exposición hace un guiño al país anfitrión, México, al mostrar parte de la correspondencia que sostuvo con el pintor mexicano, Diego Rivera. Mientras Einstein escribía en alemán, Rivera le respondía en francés.

El legado que el científico alemán heredó a la Universidad Hebrea que ayudó a fundar en 1925, consta de 80,000 documentos entre los que hay obras científicas y no científicas, correspondencia con colegas, amigos y familiares.

En marzo de 2012 se anunció la digitalización del archivo completo .

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