Celebridades contra la violencia, el "eco aumentado" de una demanda social
La protesta social, encabezada por celebridades y derivada del asesinato de la actriz y ex Miss Venezuela, Mónica Spear, ha puesto en el centro de atención la inseguridad que vive el país sudamericano.
Actores, cantantes y locutores de ese país han dejado a un lado la promoción de su imagen para exigir al gobierno un cambio en las políticas para la prevención de la violencia y la inseguridad.
Activistas y politólogos consultados por CNNMéxico aseguran que un hecho violento que tiene como víctima a una figura pública puede generar una fuerte presión social y mediática, aunque difícilmente derivará en un cambio político.
Mónica Spear y su esposo fueron asesinados en un presunto intento de asalto mientras vacacionaban en Venezuela y viajaban por la autopista Puerto Cabello–Valencia, en el estado de Carabobo.
En menos de 24 horas, decenas de celebridades lamentaron la muerte de Spear, considerada una actriz en crecimiento en la televisión local y de Estados Unidos, y aprovecharon el homicidio para reprochar al gobierno venezolano los altos índices de inseguridad.
El presidente Nicolás Maduro se refirió al asesinato como una "masacre" y, después de varios meses de negarse a dar cifras sobre la inseguridad en su país, este miércoles se reunió de manera "urgente" con decenas de alcaldes y gobernadores a quienes propuso iniciar una jornada que logre “garantizar la paz” en un mes .
La importancia de una figura pública
La comunidad artística, no conforme con el anuncio oficial, convocó a una marcha este miércoles bajo la demanda “Que su muerte no sea en vano” que finalizó con la entrega a la Asamblea Nacional de un documento en el que exigen mejorar las políticas contra la inseguridad.
Algo similar ocurrió en México en 2008, cuando los asesinatos de los jóvenes Fernando Martí y Silvia Vargas, hijos de reconocidos empresarios mexicanos, derivaron en una presión mediática por parte de figuras públicas hacia el gobierno para exigir un cambio en el combate a la delincuencia.
"Todos los sectores sociales entran a participar cuando se ven afectados directamente; así ha pasado cuando los empresarios se ven afectados, cuando las personas del espectáculo se ven afectados, o cuando la ciudadanía se ve afectada y surge un líder social", aseguró en entrevista María Elena Morera, quien preside el organismo ciudadano Causa en Común.
Morera ha participado en movilizaciones por la seguridad en México como la marcha Iluminemos México, celebrada en 2008 y en la que 80,000 personas salieron a las calles de la Ciudad de México para exigir al gobierno federal y local acciones contra la inseguridad en el país.
El movimiento surgió como una iniciativa de grupos empresariales tras el asesinato del joven Fernando, hijo de Alejandro Martí, dueño de las tiendas deportivas Martí, y que conmocionó a la sociedad mexicana.
A aquella marcha se unieron celebridades de la televisión, el cine y la música en México que extendieron el eco social en busca de una disminución de hechos violentos, sin embargo, para el analista político José Antonio Crespo, la presencia de figuras del entretenimiento no es algo "eficaz" para un cambio.
"Le dan realce y atención al problema que todo mundo reconoce, pero eso no significa que se vaya a resolver o que lo vayan a atender en mayor medida los políticos", señaló el politólogo en entrevista.
María Elena Morera coincidió en que la visibilidad pública de los actores ayuda a incentivar a las personas a sumarse a un movimiento "y sea mucho más exigente porque se ve reflejada en ellos", pero el hecho de convertirse en un líder de opinión implica un proceso más complejo.
"Cuando entras en este medio y empiezas a exigir y tienes todo el valor y la calidad moral para exigirlo como ciudadano pero no tienes las herramientas suficientes de cuáles podrían ser las soluciones", aclaró la activista social.
En 2008, la administración de Felipe Calderón se adelantó a la marcha para anunciar el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad que firmaron los 32 gobernadores, secretarios de Estado e integrantes de la sociedad civil, entre ellos Martí y Morera.
El acuerdo incluyó 74 puntos entre los que destacó la creación del Observatorio Nacional Ciudadano, una organización de la sociedad civil que fomenta el entendimiento de las condiciones de seguridad, justicia y legalidad del país, así como una depuración en los cuerpos policiacos.
"A raíz de eso se hicieron varias reformas que son importantes pero que no se lograron terminar de instrumentar bien, así que los logros son muy parciales y para la población, muy raquíticos porque no cambiaron el estado de las cosas", explicó la presidenta de Causas en Común y aseguró que el número de secuestros en el país siguió subiendo de 438 secuestros en 2007 a 1,583 casos en 2013.
Un reflejo de "vulnerabilidad"
El politólogo Salvador Mora Velázquez ve positivo que la comunidad artística se una a esa crítica, algo "que ni en la literatura se había visto". El académico de la UNAM explicó que la sociedad ve en las celebridades su propio reflejo y cuando estas se ven vulnerables, la respuesta de la población se magnifica.
"La percepción de la sociedad es de que ese grupo está blindado y cuando ese grupo se ve expuesto, la sociedad sale a visualizarse (..) el factor de amenaza a la que se ve expuesta la población, cuando lo ve en la persona de enfrente y además si ésta es famosa se convierte en un grito histérico", dijo Mora Velázquez.
Para María Elena Morera resulta más fácil identificarte con una persona pública que con un ser humano está al lado de otro, y en eso radica el hecho de que las celebridades de la farándula tengan más eco, que otros activistas.
"El ser humano que está a un lado tuyo te duele a tí pero como movilizas eso a nivel de una protesta general, es muy complicado", recalcó Morera.
En la marcha de Iluminemos México en 2008 estuvo presente la hermana de la cantante Thalía, la actriz Laura Zapata, quien seis años antes había sido secuestrada al lado de su hermana Ernestina Sodi.
“En estas cosas todas las policías se quieren colgar medallas y sobre todo siendo yo una figura pública (…) eran los secuestradores de Laura Zapata, y de las hermanas de Thalía”, dijo Laura Zapata en entrevista con CNN en Español en mayo pasado.
Así como el asesinato de Fernando Martí y Silvia Vargas Escalera hicieron eco de la problemática del crimen organizado en México, el caso de Laura Zapata aumentó la preocupación por el secuestro.
Venezuela ha vivido intensas horas tras la muerte de Mónica Spear , quien aprovechó su triunfo como reina de belleza en 2004 para desarrollar una carrera como actriz que triunfó en su país y que comenzaba a crecer en Estados Unidos.
"Los artistas queremos que no sea en vano esta muerte y esta tragedia tan terrible. Pero no solamente es por ella, ella por ser famosa es el detonante de esto, pero es por las millones de familias que han sido enlutadas por el hampa", dijo este miércoles Amanda Gutiérrez, una reconocida actriz venezolana de telenovelas, previo a la marcha para exigir mayor seguridad al gobierno.
Según datos del gobierno de Venezuela , en 2013 se registró una media de 39 asesinatos por cada 100,000 habitantes, aunque la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) fijó la tasa en 79 por cada 100,000 habitantes.
La respuesta del gobierno venezolano a las protestas llegó este miércoles, luego de que el presidente Maduro dijo que el modelo policial estaba "fracasado" y propuso a 23 gobernadores y 79 alcaldes la construcción de un nuevo modelo de seguridad con resultados en un mes.
El mandatario venezolano invitó a la comunidad artistica a participar en el nuevo proyecto de seguridad y les pidió utilizar su imagen como figuras públicas para "ayudar a la sociedad a superar los antivalores".
"Siendo más celebridad se pone más atención que si fuera un ciudadano común, es un número más, a cada rato sabemos de asesinatos porque se resistieron al asalto, pero cuando le afecta a una celebridad se mueve más a la opinión pública", concluyó José Antonio Crespo.