La cantante Katy Perry despertó polémica tanto en Taiwán como en China, tras aparecer en un concierto en Taipéi envuelta con los colores de la bandera taiwanesa y un atuendo con flores de girasol, emblema de las manifestaciones antichinas que sacudieron la isla en 2014.
Aunque defensores de la artista aseguran que ella habría recibido la bandera de un miembro del público, escena habitual en los conciertos, la anécdota corre el riesgo de elevar la tensión con China, cuyas relaciones con Taiwán son conflictivas desde hace más de 65 años, tras la guerra civil que separó a la isla nacionalista del continente comunista.
"Tendrá problemas para dar conciertos en China" a partir de ahora, opinaba Tsai Chen Wang en Facebook.
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Sin embargo, los mensajes de admiración afluyeron en las redes sociales: "Estoy muy emocionado", "genial", "te quiero", fueron algunos de los mensajes que los internautas taiwaneses destinaron a la intérprete de I kissed a girl o Firework, que no ha aclarado si su elección de vestimenta reflejaba su posición política sobre las relaciones sino-taiwanesas.
A photo posted by Tsai Chen Wang (@jerry19900815) on Apr 28, 2015 at 8:22am PDT
Mientras, en Sina Weibo, el Twitter chino, muchos fans de la China continental decían sentirse "decepcionados".
Aunque el agente de Perry no hizo comentarios al respecto, el organizador del concierto en Taiwan, se apresuró a aclarar que la elección del vestido había sido fortuita.