“El jefe dice ‘vayan’, el líder dice ‘vamos’”. Es la frase que se lee en una manta frente a la cual entrena un grupo de jóvenes aspirantes a bomberos, dentro del edificio central de la organización en el Distrito Federal. Se trata de la filosofía del director del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, Raúl Esquivel Carbajal.
El mejor conocido como ‘Jefe Vulcano’ lleva consigo esta forma de pensar y actuar desde hace 45 años, cuando inició su carrera como apagafuegos.
Así fue en 2001, cuando se incendió La Moderna, una fábrica de veladoras, en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México.
“Hay veces en las que te arrepientes de ser bombero y ésa fue una de ellas”, recuerda Esquivel, de 71 años de edad.
Esa mañana, mientras atendía el incendio en la colonia Atlampa, notó que sus colaboradores estaban angustiados. “Vi que los muchachos estaban muy nerviosos. No estaban perfectamente bien ubicados”, dice. Por eso, decidió
Esa actitud
, que es un elemento crucial en cualquier relación.“Es algo que no se consigue diciéndole a la gente qué hacer”, dice Eric McNulty, investigador especializado en liderazgo durante situaciones de riesgo, en Harvard. “Hay que crear la sensación de que tanto el riesgo como las recompensas serán compartidas”, dice a la revista, cuya suscripción está disponible en el Kiosco Digital.
El líder no siempre tiene todas las respuestas. “Los muchachos vienen, ayudan y me dicen ‘jefe, hacemos esto, hacemos lo otro’”, explica el ‘Jefe Vulcano’. “Ése es el ‘vamos’ que se logra cuando trabaja todo el equipo completito”.
A un buen líder no le incomoda tener
y habilidades que él, asegura Carlos Ruiz, profesor del IPADE. Quizá el único error del ‘Jefe Vulcano’ es no haber tomado vacaciones en 33 años, opina el catedrático.“No las necesito”, dice el bombero.