Baselworld: el mundo de los relojes
Primer día.
Llegar a Basel nos toma más de 16 horas. El primer paso es volar primero a Madrid y de ahí a la ciudad de Zurich, donde nos recibe una lluvia y un viento intenso que hace estremecer a la nave y obliga al capitán a realizar un descenso vertiginoso y cardiaco.
No es la única manera de llegar, por supuesto, pero nos permite la experiencia de mirar los estremecedores paisajes que nos ofrece la hora y cuarto de camino que se hace en tren desde Zurich hasta nuestra ciudad destino.
La actividad ha comenzado ya con pequeñas reuniones entre representantes de marca y distribuidores, aunque oficialmente la euforia iniciará mañana, cuando se abran las puertas al público.
Son más allá de las nueve de la noche, pero basta una llamada para estar de pronto compartiendo mesa con gente como Karim Aouine, agente independiente para marcas como RSW y Claude Meylan, y Antoine Bona, brand manager para Parmigiani y Anonimo Firenze, entre otros personajes más.
El ánimo se siente tranquilo, por lo pronto, y las conversaciones resultan más casuales que formales.
