Estilo en los hogares capitalinos
1. La casa ecléctica
El estilo que mezcla de todo, la geometría del papel tapiz con la ornamentación clásica del espejo.
Felipe Luna
1. La casa ecléctica
Un mono vagabundo hace referencia a la historia de la evolución de la especie.
Felipe Luna
2. La casa ecológica
Combinando el estilo de los años sesenta con un toque internacional, la decoración se vuelve sustentable al usar materiales reciclados y piezas recolectadas en viajes y mercados.
Felipe Luna
2. La casa ecológica
Con pocos ornamentos y materiales como el vidrio y el acero, la aussteridad del diseño contribuye a la causa ecológica.
Felipe Luna
3. La casa Kitsch
El estilo kitsch se refiere a la reinterpretación o exageración de un arte o estilo, que se refleja claramente en las sillas del comedor.
Felipe Luna
3. La casa Kitsch
Con figuras de porcelana, el espacio adquiere un toque un tanto antiguo que contraasta con el papel tapiz un tanto contrario al diseño clásico.
Felipe Luna
3. La casa Kitsch
El cofre de un automóvil de los años sesenta cuelga de la pared, pintado a mano para un comercial y que después terminó siendo parte de la reinterpretación de un estilo.
Felipe Luna
4. La casa Vintage
Una pared tapizada por un calendario de 1968 realizado por artistas y diseñadores.
Felipe Luna
4. La casa Vintage
Cada pieza del comedor tiene un estilo o color diferente, reafirmando su unicidad, pero a la vez, creando un concepto completo a partir de sus diseños individuales.
Felipe Luna
5. La casa del anticuario
Un gran sillón circular de la entrada es un mueble típico de los lobbys parisinos, complementado con plumas de pavo real en el borde y un candelabro en el centro.
Felipe Luna
5. La casa del anticuario
El comedor es del siglo XVII, combinado con tonalidades azules en la pared que dan un contraste resaltante, para no mostrarse como una escena típica de la época.
Felipe Luna
5. La casa del anticuario
La típica tina de baño con patas de león es el elemento protagónico del baño, cuya elegancia está en su sobriedad y simplicidad de diseño.
Felipe Luna
La Ciudad de México tiene espacios que reflejan
. Algunos representan distintas personalidades, mientras otros muestran obsesiones con objetos extraños, antiguos o únicos.
De acuerdo con un artículo publicado por la revista Chilango en su edición de agosto de 2011, la fórmula capitalina para decorar una casa es la ‘no fórmula', pues ésta es la extensión de filias y fobias, el reflejo íntimo de sus moradores. Ya sea
, dicen más de lo que quisieran revelar.
Según la publicación, en los mismos bazares, almacenes y
se puede adquirir un sinfín de muebles y elementos decorativos, cada uno de gustos y precios diferentes.
A manera de una guía para que 'construyas tu casa', la revista expone 5 casas del Distrito Federal con estilos que rompen esquemas, ya sea porque mezclan épocas y tendencias o porque son resultado de la personalidad única de sus propietarios.
1. La casa ecléctica. Encuentra la mezcla de tendencias y estilos, texturas y tonos que convergen en un sitio para hacerlo armónico. Refleja más que nada la personalidad del diseñador, pues no se aferra a ningún lineamiento o estilo y parte generalmente de un concepto.
2. La casa ecológica. Aplica la sustentabilidad a todos los niveles y recicla muebles y materiales industriales. En el caso específico del hogar tomado como ejemplo por Chilango, éste logra una mezcla interesante de los años sesenta con reminiscencias internacionales y un toque al estilo 'Mauricio Garcés'.
3. La casa kitsch. Integrado más por personajes que por objetos, este espacio abraza la idea del reciclaje a partir de piezas únicas que vienen y van, exagerando en todo momento características de alguna corriente o remarcando la falta de una.
4. La casa vintage. Mira a distancia los estilos protagónicos del siglo XX, mezclándolos y creando a partir de ellos uno propio que resalta la unicidad de las piezas y no sólo su estética sino su funcionalidad.
5. La casa del anticuario. Utiliza antigüedades para contar una historia y entrelazar los objetos que comparten el espacio, siempre contrastándolos con tendencias contemporáneas que acentúan la vejez de los objetos.