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Cómo ver el vaso medio lleno: 3 ejercicios para ser más optimista en 2017

Si uno de tus propósitos es ver la vida más brillante, realiza alguna de estas actividades.
sáb 07 enero 2017 06:30 AM
Brillante panorama
Los beneficios de ver un brillante panorama Las personas optimistas tienden a vivir más, tener una mejor salud cardiovascular, mejor calidad de sueño y sistemas inmunes mucho más resistentes. (Foto: StockFinland/Getty Images/iStockphoto)

Ser pesimista puede evitar que tu corazón se rompa cuando las cosas no salen como lo esperabas, pero hay algunos beneficios reales para tu salud si ves el vaso medio lleno.

El optimismo —tener expectativas favorables sobre el futuro— puede ser bueno para tu salud y para que tengas una mejor calidad de vida. Las personas que son más optimistas que pesimistas tienden a vivir más, tener una mejor salud cardiovascular, mejor calidad de sueño y sistemas inmunes mucho más resistentes, de acuerdo con un estudio de la universidad de Harvard .

Hay algunas prácticas diarias basadas en estudios que pueden ayudarte a ser más optimista, dice Nancy Sin, una becaria posdoctoral del Centro para el envejecimiento saludable de la Universidad Estatal de Pensilvania.

“Creo que es probable si tienes formas concretas para aumentar el optimismo”, dice Sin. “Hay ejercicios que la gente puede practicar para tener pensamientos más optimistas, pero en términos de cuánto duran esos ejercicios o si estos tendrán como resultado una mejoría para la salud, creo que aún no hay consenso”, dice.

1. Visualízate cinco minutos al día

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Mentalízate
Si quieres hacer algo, primero imagina que lo logras.

Un ejercicio en el que te imaginas durante cinco minutos al día viviendo la mejor vida posible, puede ayudar a mejorar tus niveles de optimismo, sugiere un estudio publicado en el diario de Terapia Conductual y Psiquiatría Experimental en 2011.

El estudio realizado en Países Bajos involucró a 54 adultos holandeses entre los 18 y 43 años, quienes fueron divididos en dos grupos.

A un grupo se le pidió que pensara y escribiera los mejores escenarios posibles en términos de vida personal, relaciones y a nivel profesional. Al otro grupo se le pidió que pensaran y escribieran las actividades que habían ocurrido en su vida durante las pasadas 24 horas.

A todos los participantes se les pidió que plasmaran sus pensamientos en una historia detallada y coherente.

Luego, en ambos grupos, a los participantes se les pidió que imaginaran esas historias en un ejercicio de cinco minutos. Los participantes repitieron ese ejercicio una vez al día durante cinco minutos, durante un periodo de dos semanas.

Todos los participantes completaron cuestionarios que buscaban medir sus niveles de optimismo antes, durante y después de llevar a cabo el experimento.

Los investigadores encontraron que el ejercicio diario de imaginar el mejor escenario posible de sí mismo durante dos semanas incrementó el optimismo, según los cuestionarios, después de una semana.

“Hay un rango de cosas que podemos hacer” para mejorar el optimismo, dice Eric Kim, un becario investigador de la escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard. (Él no estuvo involucrado en el estudio).

“Hay unos ejercicios de escribir con lápiz y papel que muestran pequeños efectos en el optimismo y hay otro que se trata de agradecer por las cosas que tienes”, dice. “Según estudios aleatorios, quienes hacen esto por siete días, tienen un pequeño aumento en el optimismo”.

2. Lleva un diario

Vale más la tinta más pálida...
Si quieres recordar las cosas interesantes de tu día, escríbelas.

Escribir un diario sobre las cosas por las que estás agradecido está vinculado con sentimientos más fuertes de optimismo, según en un estudio de 2003 publicado en el diario de Personalidad y Psicología Social.

Un experimento en el estudio involucró a 192 estudiantes que estaban divididos en tres grupos. Cada grupo escribía 10 reportes semanales.

Uno de ellos escribió sobre las cosas por las que estaban agradecidos durante la semana anterior. El otro escribió sobre cinco cosas molestas que habían ocurrido la semana pasada. Y el tercer grupo, sobre lo que los afectó la semana anterior.

Además de los reportes semanales, los participantes calificaron su ánimo general, su salud física, reacciones al apoyo social recibido, tiempo gastado en ese ejercicio, la satisfacción con la vida y las expectativas sobre la semana siguiente.

El estudio encontró que los participantes del primer grupo reportaron mayor satisfacción con sus vidas en general y fueron más optimistas sobre la siguiente semana que los otros participantes.

Un estudio separado mostró que mantener un diario en el que escribas tus propios actos de bondad está vinculado al incremento del optimismo, dice Kim. El estudio fue publicado en el diario de Estudios de Felicidad en 2006.

Un experimento en el estudio involucró a 119 alumnas universitarias. A ellas se les pidió que durante una semana llevaran un diario y registraran cualquier acto de bondad que hicieran.

Las estudiantes también completaron un cuestionario en el que debían calificar sus sentimientos de felicidad un mes antes y después del trabajo diario.

Los investigadores encontraron que la felicidad subjetiva de las estudiantes pareció incrementar luego del experimento de una semana.

3. ‘Cerca del 25% del optimismo es heredable’

Desde niños
El optimismo tiene un importante factor ambiental.

Aunque ciertas prácticas puedan cambiar tus patrones de pensamiento para ser más optimista, estos no te transforman completamente de la noche a la mañana, dice Kim.

“Lo que me molesta es ver que la gente cree que podemos cambiar completamente nuestros niveles de optimismo solo con pura voluntad y práctica, pero hay un factor ambiental importante que también nos afecta”, dice Kim.

“Las personas pueden ser optimistas por una variedad de razones. Por ejemplo, estudios de gemelos muestran que cerca del 25% de optimismo es heredable , lo que significa que algo de este puede ser controlado por patrones de pensamiento y cosas que podemos hacer por nosotros mismos, pero también mucho de ello puede ser debido a factores sociales y estructurales”, explica.

Por ejemplo, la cantidad de cuidado y atención que te den tus padres durante tu niñez ha sido asociada con niveles de optimismo en la vida adulta, dice Kim.

El estatus socioeconómico también está vinculado con el optimismo, pues un estatus más bajo está asociado con ver el futuro más negativo, según un estudio publicado en el diario Internacional de Medicina del Comportamiento .

“Así que, incluso cuando investigamos grupos sociodemográficos con diferentes niveles de riqueza o de educación, vemos que hay una gran diferencia de optimismo entre ellos”, explica Kim.

Así venga de manera natural o no, un grado saludable de optimismo puede ser benéfico, dice Sin.

“Para el Año Nuevo, sé que muchas personas tienden a ponerse metas relacionadas con la salud, y creo que es allí donde el optimismo puede ser realmente importante, porque si eres más optimista o si sientes generalmente que puedes alcanzar esas metas, entonces puede ser más probable que tengas éxito”, explica.

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