¿Más fuerte que el concreto? Este nuevo material podría definir nuestra era
Si el siglo XIX fue el reino del hierro y el acero y el siglo XX fue la era del concreto, ¿la madera podría ser el material de construcción de nuestra era?
Esa es la pregunta que se hizo la arquitecta Alison Brooks con su diseño The Smile, mismo que estuvo en exhibición en el Colegio Chelsea de Arte y Diseño como parte del Festival de Diseño de Londres de 2016.
Construida con cocobolo, The Smile (La sonrisa) es un tubo rectangular de 34 metros de largo y 3.5 metros de alto que se curva en ambos extremos para crear una enorme sonrisa, como la del gato de Cheshire. Los espectadores pueden vagar por su interior hueco, que tiene agujeros en los muros que sirven para trazar patrones de luz en el piso.
Es la estructura más compleja que se haya hecho hasta ahora con madera contrachapada y por ello fue una de las instalaciones más emocionantes del festival de diseño más grande de Reino Unido.
"Va a abrir todo un mundo nuevo de posibilidades", dijo Brooks. "Revela la posibilidad de fabricar edificios completamente con madera".
El secreto de la madera fuerte
The Smile es una colaboración entre Arup y el Consejo Estadounidense de Exportaciones de Maderas Duras; se trata de un edificio experimental (parte pabellón, parte escultura) diseñado para exhibir el potencial espacial y estructural de un material que podría transformar el enfoque de los arquitectos e ingenieros respecto a la construcción con madera.
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"Creo que aún no se descubre el potencial de las maderas duras, es el siguiente paso", dijo Brooks.
El contrachapado de cocobolo es ligero, pero naturalmente fuerte, lo que permite que los dos extremos de The Smile se eleven hacia el cielo.
"Creo que lo asombroso es lo delgados que son los muros y el piso", agregó. "El cocobolo tiene un grano muy cerrado y una variedad de color muy rica. Tiene mucha calidez".
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Aunque se ha usado acero y concreto como materiales de construcción desde hace décadas e incluso siglos, el uso de la madera se había visto obstaculizado por el hecho de que no se podían fabrican placas lo suficientemente grandes como para usar en la estructura de un edificio, por ejemplo en el soporte central.
Este problema se resolvió con el desarrollo de la madera contrachapada.
"La madera contrachapada es una forma muy inteligente de crear paneles muy grandes con árboles pequeños", dijo Andrew Lawrence, especialista en madera de Arup.
Esto se logra pegando tablones en capas. Los tablones de cada capa se disponen perpendicularmente, con lo que se logra un efecto de zigzag.
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The Smile se construyó con tan solo 12 paneles fabricados por Zublin-Timber, los pioneros alemanes de la madera contrachapada, y se sostiene con tornillos.
El panel más grande mide 14 metros de largo y 4.5 metros de ancho, tamaño que puede competir con el concreto armado.
Un futuro sostenible
La madera tiene otras propiedades que la hacen atractiva para los ingenieros y los arquitectos. La madera contrachapada se presta para la prefabricación, explica Lawrence, porque se pueden hacer cortes precisos en la fábrica y se puede ensamblar fácilmente en el sitio.
"Un edificio de madera contrachapada es como un mueble gigante para armar. Por eso, la industria de la construcción se ha enamorado de ella, porque es fácil de transportar, de levantar con grúas y de ensamblar", explica Lawrence.
Aunque el contrachapado de maderas suaves como el abeto se ha usado desde hace tiempo, antes no se había explorado todo el potencial de las maderas duras.
David Venables, director para Europa del Consejo Estadounidense de Exportaciones de Maderas Duras, cree que el contrachapado de maderas duras podría servir para que los edificios sean más sostenibles.
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"En este momento hay más de 1,000 millones de metros cúbicos de cocobolo en los bosques de América", dijo. "Si queremos ser sostenibles, tenemos que usar todo el material que la naturaleza proporciona".
"La construcción con madera es absolutamente el futuro", agregó. "The Smile es el comienzo de algo. No es el fin del camino".
The Smile estuvo en exhibición hasta el 12 de octubre de 2016 en el Recinto de Desfiles Rootstein Hopkins del Colegio Chelsea de Arte y Diseño en Londres.
