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Pueblo de Kansas es modelo ecológico

Greensburg tendrá energía de molinos de viento, agua de lluvia y construirá edificios sustentab para ello adoptará ideas verdes, desde métodos tradicionales hasta tecnologías de punta.
sáb 08 noviembre 2008 06:00 AM
Sin Pie de Foto
El desastre natural los impulsó para volverse un desarrollo
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El pequeño pueblo de Greensburg en Kansas debió reconstruirse luego de que casi fue arrasado el año pasado por un tornado, pero ahora se está convirtiendo rápidamente en un modelo para las comunidades que han decidido seguir "el camino verde". Al igual que la ciudad de Masdar, una comunidad planeada para librarse de automóviles en las afueras de Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos, este pueblo rural de Kansas ofrece ejemplos vívidos de un estilo de vida sostenible en la llamada "Comunidad Verde", el título de una exposición que se presenta en el Museo National Building, en Washington, D.C.

"Ellos pudieron convertir una tragedia terrible en una gran oportunidad", afirmó la arquitecta y curadora Susan Piedmont Palladino sobre el caso de Greensburg. "Masdar y Greensburg hacen una gran pareja, porque ambas están buscando la gama completa de tecnologías verdes, desde los métodos tradicionales hasta las tecnologías de punta".

En los sitios del paisaje de Kansas donde se alzaban molinos de viento, ahora Greensburg planea adoptarlos de nuevo, pero ahora para aprovechar la energía eólica y producir suficiente electricidad para todo el pueblo de alrededor de 700 habitantes, la mitad de los que había antes del tornado.

Greensburg recibe apenas 55.8 centímetros de lluvia al año (22 pulgadas), así que las corrientes en las calles y la lluvia que caiga sobre los edificios será recolectada y empleada para irrigar plantaciones, según su plan general que "trata cada gota como un recurso natural muy querido", afirmó Stephen Hardy, urbanista de la compañía de arquitectos BNIM, que ayuda al proyecto de reconstrucción.

El pueblo también ha decidido construir edificios públicos, desde el ayuntamiento, hasta el hospital y una escuela, de manera que cumplan con los estándares más estrictos de diseño eficiente.

Incluso el distribuidor de la compañía John Deere, de equipo para la agricultura, está en el proceso de obtener una certificación del Consejo Estadounidense de Edificios Ecológicos y tiene planeado vender turbinas de viento para hogares y negocios.

"Cuando se trata de reconstruir un pueblo, hay enormes impedimentos económicos", afirmó Hardy. "El cambio fundamental en su forma de pensar es que no quieren construir un edificio que deban pagar durante los próximos 20 años. Quieren un edificio que les retribuya".

La exposición rompe con algunas reglas tradicionales de los museos, por ejemplo, al no recurrir a objetos invalorables para contar la historia de esta comunidad verde. Por ejemplo, no muestra fragmentos de una casa dañada por un tornado.

En cambio, utiliza fotografías satelitales, imágenes instantáneas tomadas por los residentes del pueblo, documentales cortos y muestras interactivas sobre las múltiples formas en las que la gente puede hacer a sus pueblos más amigables con el ambiente.

También se exhiben las estadísticas de reciclaje o el uso del transporte público en varias ciudades.

Según estas cifras, Houston tiene el nivel de reciclaje más bajo de Estados Unidos, con apenas 2.6% de la basura de la ciudad reciclada, mientras que San Francisco, que tiene un programa de composta orgánica, ocupa el primer lugar con 70% de la basura reciclada.

"Ninguno de estos asuntos es nuevo", afirmó Piedmont Palladino. "El hecho de que el Senado del imperio romano aprobara una ley que exigía que el agua fuera preservada durante las sequías, de alguna manera nos recuerda que... ha sido la clave para una vida próspera, para siempre. Sólo que lo hemos olvidado", agregó.

Más de una decena de pueblos y ciudades son subrayados en la exposición al ofrecer un mosaico de iniciativas ecológicas en todo el mundo, afirmó Piedmont Palladino.

"No hay una manera única de ser ecológico", dijo.

Atlanta, por ejemplo, es mostrada en la exposición por su reconstrucción de una vieja fundidora de acero en el desarrollo Atlantic Station, donde se pueden dar caminatas.

Esta es la tercera exposición del Museo National Building de una serie relacionada con la ecología. La exposición anterior ,titulada "La casa verde", atrajo a más de 130,000 visitantes, según la vocera del museo Jasmine Zick.

Si los pueblos pequeños y las grandes ciudades adoptan la arquitectura y la tecnología ambientalista se ayudará a cambiar la forma de pensar de la gente sobre qué tan reales pueden ser los edificios que cuidan la naturaleza, afirmó Piedmont Palladino.

En Greensburg, la idea de convertirse en una comunidad verde ha ayudado a mantener el optimismo acerca de que el pueblo puede resurgir efectivamente.

"Noventa por ciento del pueblo desapareció de un día al otro, pero el tejido social estaba intacto a pesar de la falta de edificios", afirmó Hardy. "Esto los ha impulsado de una forma distinta a las demás comunidades con las que he trabajado".

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